XXXI. AZURE

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Johnny suspira ante el grupo de papeles frente a él, esa misma tarde tiene que conocer a Yoshinori Kanemoto y, mentalmente, no se siente preparado. Sobre todo desde que realizaron un cambio en los planes ya que Joy recibió a una mujer que está luchando por quedarse en el país después de parir a su hijo y no poder salir con él.

Así que, yendo al final de su contrato y con una buena experiencia al ganar dos casos de ellos, es quien se encuentra al frente de manera oficial, el abogado principal del caso. Tampoco es como si pudiera acudir a Darren y Dylan, son casi un departamento aparte desde que fueron de vital apoyo en el caso de Terrell, se les asignó la zona sur de Asia, mientras él se encarga del este.

No quiere salir tarde del trabajo, en primer lugar porque ya tenía claras las restricciones de los Lee cuando se trata del clima y, ahora, son peores por el peligro que significan los movimientos que recién se encaminan a Chicago.

El aire se siente tenso y su único respiro es que Haechan acompaña a Mark a casa todos los días y se va hasta que Jeno pasa a recogerlo, pero Lisa y Ten, siendo ambos bastante vulnerables más allá de su complexión física, le preocupan.

Tiene la agenda del día sábado repleta, su familia irá a cenar a casa de los Lee y eso también hace que tenga los nervios de punta, pero es lo que quiere. Irene no ha mencionado nada al respecto y Christopher ha acordado verlo el día domingo en la pista.

—¿Quieres empezar a hablar? No creo que haya nada nuevo que yo pueda decir con respecto al contexto del caso.

—¿Podría hacerme preguntas sobre lo que quiere saber? —el muchacho casi susurra, su voz es débil y suave.

Johnny no esperaba a alguien así en su despacho, esa no es la imagen de un adolescente al que acusaron de un delito tan grave, el joven se nota tímido y, supone que por la situación, tiene miedo. Resalta, eso no puede negarlo, su cabello es tan blanco como el papel y su piel no se queda atrás, se atrevería a decir que parece salido de uno de esos animes a los que Yuta está tan acostumbrado, además, el azul en sus pupilas no es algo que pueda pasar desapercibido por completo.

—¿Tus ojos son azules?

Y lo admite con tanta facilidad que le parece escalofriante.

—No deberías decirlo en voz alta, a algunas personas podría no gustarles—dice con cuidado, es curioso.

—No tengo porqué mentir, no me gusta mentir, mis compañeros se burlan del color de mis ojos, en realidad, tienden a burlarse de todo, así son los americanos, ¿no? —se ríe en voz baja, casi de forma privada y Johnny entiende por qué le pidió hacer preguntas: Yoshinori no le ha respondido ni una sola de ellas en inglés.

—Eres coreano, pero tu nombre es japonés y luces como un japonés—afirma como un acertijo.

—Usted no luce americano y su nombre sí.

—Entiendo, entonces, eres un coreano de intercambio en América, ¿algún motivo en especial para escoger Estados Unidos?

—Quiero aprender inglés y aquí tienen un mejor plan de estudios que el de Japón y Corea.

—¿Estudias producción musical y crees que es mejor Estados Unidos? —Johnny alza una ceja y el muchacho los hombros en respuesta. Está tratando de crear un ambiente más suave. —Bien, entonces, desde tu perspectiva, yendo al grano, ¿qué consideras que es lo que hizo creer a tus compañeros que podrías estar planeando un tiroteo escolar?

Yoshinori mira abajo, juega con sus manos y pies antes de sonreír con pesadez.

—Ellos me llaman otaku con frecuencia porque soy japonés, nací en Japón, pero mis padres son coreanos y crecí en Corea, siempre niego esa parte porque después de un semestre entendí que iba a ser un problema, ser llamado otaku en Japón tampoco es bueno, aunque parece que en Estados Unidos es mucho peor. Creo que es eso.

Babylon Allure [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora