XIV. COBALT

606 89 24
                                    

Se comporta de la forma más profesional que puede, responde de forma educada cada pregunta a pesar de que ha anotado en su currículum cada una de las respuestas y añade información sobre su excelsa educación en la universidad del estado, siendo bien conocida por su excelencia académica en el área de derecho.

El problema es cuando le preguntan si obtuvo trabajo tras recibirse de aquella óptima institución y su respuesta es un desgraciado no.

Cuando no tienes contactos, hacerte de ofertas laborales es difícil. Su padre era contador, así que no, para él no hubo esas oportunidades ni de cerca.

Es media hora de ellos preguntando sobre cosas vanas como su moral o interés en la comunidad, añade que es hijo de la primera generación de inmigrantes del siglo XXI y eso aporta un poco a sus rostros de poker que no pretenden darle información directa sobre si está o no, recibiendo el puesto.

También preguntan sobre su cercanía con el juez que lo recomendó y aunque le gustaría decir más, solamente agrega que estuvieron trabajando en un mismo caso por algunos días, dejando claro que no hay una especie de impulso o abuso de autoridad en ese hombre que pueda darle el trabajo por ser cercanos.

Le dicen que en esa semana recibirá una llamada en caso de recibir el puesto, enfatizando que se trata de un contrato de prueba de un año para probar sus capacidades, así que si busca algo fijo, debería buscar en otra parte, porque no tiene nada asegurado.

Que lo digan de esa forma le da escalofríos, un susurro del viento que parece secretear que no lo quieren en la empresa porque piensan que está usando influencias, lamentablemente, no es así.

Se despide de manera cordial a pesar del trato hostil de recursos humanos y pasea un poco por el edificio, es bastante lujoso, tiene el nombre bien marcado en la entrada y hay personas ocupadas en todas partes. No le importaría tener cualquier trabajo ahí, es decir, no tendría que enfrentarse a comentarios racistas y se ve que todos usan atuendos caros, debe ser agradable.

Cuando llega a casa y se quita el casco, puede deshacerse del dolor en la mandíbula que lo ha aterrado desde el día anterior, todo es culpa de Ten.

Y también del calor infernal, del traje ajustado que tiene que usar en una moto, del maletín que lo golpeaba cada que se detenía y de sus zapatos que decidieron ensuciarse a medio camino.

Por más que intente manejarlo, las cosas van en su contra, no puede sacar la imagen de Ten disfrutando del tacto de otra persona que no sea él, ah y, para terminar de joder su mañana, la nariz le gotea de forma espantosa, no se sorprendería si se torna roja al final del día y estornuda cada vez que intenta hablar porque el día anterior decidió salir a correr como si fuese la persona con las mejores defensas del mundo.

Además debe agregar que en realidad necesita ese trabajo, probablemente ha ido con las expectativas algo bajas, pero al mirar su cuenta de banco y como ésta apenas rebasa la cantidad que debe pagarle al hospital, le da escalofríos, claro, pronto el descuento se va a ver reflejado y de nada va a servir que su hermano siga vivo si no puede darle de comer.

Por más positivo que quiera sentirse, no puede. Está a la espera de que pronto la cantidad de dígitos disminuya, le exigieron por mucho tiempo como para que simplemente estén tardando tanto para hacer el cobro desde su cuenta.

Lo único bueno es que, por el momento, Mark parece ir recuperándose a pasos agigantados, así que lo último serán estudios para confirmar lo que puede ver a simple vista: un adolescente bastante sano.

Cierra su laptop y mira el reloj, todavía tiene que comer y va a intentar dormir un poco antes de salir con Taeyong, debería ir a recogerlo. Eso va a salvar su desastre de día. Ojalá pudiera contarle todo lo que trae en la cabeza, realmente necesita decirle a alguien cómo lo hace sentir que Ten se haya deshecho de él con un soplido y sin importarle a dónde ha ido a parar.

Babylon Allure [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora