XXV. SKY

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La alarma es la peor pesadilla, Johnny abre los ojos para encontrar que ya es de día, sus ganas de faltar al trabajo se intensifican cuando Ten se acurruca a su lado, el frío fuera debe ser horrible.

Toma el teléfono, son las ocho de la mañana, Mark ya debería estar llegando a la escuela, envía un mensaje esperando la confirmación y esta llega satisfactoriamente un segundo después.

No quiere despertar a Ten, pero tiene media hora para estar listo y poder llegar a tiempo, se pregunta qué estaciones del metro pasan por el lugar, tal vez pueda llegar por su cuenta, aún así necesita sacarlo de encima.

El problema es como Ten se aferra cuando comienza a moverse, es adorable.

—Déjame ir, tengo que ir a trabajar.

—No vayas, quédate aquí—insiste hasta que comienza a quejarse de forma ligera. Johnny se preocupa al instante.

—¿Qué fue eso?

El menor se toma un tiempo para respirar y mover su cuerpo con lentitud, traga saliva, lo mira y su cabeza se remueve sobre la almohada.

—Siento como si un camión me hubiera pasado encima. Tenía tanto tiempo sin tener sexo que cada vez me destrozas un poco—Ten ríe e intenta alzarse y arrastrar su pesadez para poder tomar asiento en la cama, lleva puesta la camisa de su pijama. Luego intenta estirar las piernas.

—Creo que tenemos un problema serio, —añade Johnny una vez se ha levantado—sigues diciendo que no te lastimo y siempre terminas así, pero nunca me pides que me detenga.

—Es la posición—se excusa con una mueca de dolor. Johnny solamente recuerda la vez que tuvieron que extraerle la médula ósea y se arrepiente un poco, ¿qué posibilidades hay de que eso le impida mantenerse en esa posición? —No es nada.

Jala las sábanas y colcha para cubrirse del frío, luego mira el reloj.

—Voy a traerte algo—deja un beso en su frente, baja con menos vergüenza sabiendo que la casa está vacía y busca la cocina para preparar un té o lo que sea, una vez que el agua hierve regresa y aprovecha para envolver sus manos alrededor y eliminar el frío que conlleva no andar con camisa.

Espera con paciencia a que el menor, beba, aún tiene tiempo, no va a desayunar, así que si llega cinco minutos tarde no será problema, claro, considerando que Ten lo va a llevar al trabajo porque su teléfono no indica ninguna línea del metro cercana, por supuesto, la gente así de rica no usa el tren.

—¿Mejor?

—Sólo ve a bañarte, estoy bien, vas a llegar tarde.

Johnny acepta con un poco de disgusto y corre al baño, dejando su traje fuera porque no necesita que se humedezca, así que realiza su trabajo con paciencia y busca su limpieza absoluta, sobre todo cuando disfruta una vez más del olor a shampoo de Ten. Culmina rompiendo un cepillo dental que compraron en su viaje diminuto por el centro comercial y cuando está atando una toalla sobre su ropa interior, el corazón se le detiene.

La voz de Lisa está llegando hacia él por el pasillo que conduce a la habitación de Ten.

—¿Qué demonios es esto?

Se escandaliza un poco por el traje que se encuentra fuera.

—Llevas dos noches sin avisar que vas a dormir aquí, ¿por qué de la nada me dejas sola en la ciudad? —Ella deja su bolso y se sienta junto a Ten dentro de la cama.

—Estoy tomándome unas vacaciones, ¿no estás llegando tarde a trabajar? —escucha decir a su novio y su responsabilidad se enciende, en efecto, no es la mejor impresión que puede darle a Lisa mientras apenas está vestido y ha dejado a su hermano muy jodido.

Babylon Allure [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora