5 - La caja de Pandora

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Narrador omnisciente

Los chicos deciden a la City como una especie de United color of Benetton. El zanahorio cachas marcando músculo; el moreno blancuzco paseando sus verdosos ojos; el rubiales gordo sonriendo como un niño bueno, y el negrata caminando al son del rap. Están en una tienda especializada de senderismo y Blaise le pide a Harry que entre a probadores para que le dé su opinión sobre la ropa. La cara de Ron es un libro abierto.

«No somos un grupo de chicas yendo al baño, no se necesita a otro manubrio que le diga si el pantalón le viene ajustaete o si le marca mucho el paquete.»

Ya dentro de probadores, Blaise se decide a abrir la caja de Pandora. Descorre la cortina y ve al líder repu algo incómodo y asustado.

-Pues... mmm... no sé... Está bien el pantalón -responde como un pez boqueando.

-Entra un momento aquí conmigo - Esa petición le hace desaparecer los párpados como a un cadáver y tiembla la cabeza como un yayo octogenario. Está teniendo un cortocircuito mental-. No es lo que piensas -le tranquiliza.

Harry entra reticente y Zabini corre la cortina para que el pelirrojo no los espíe.

-Tengo algo que decirte, pero no se lo digas a nadie -el moreno asiente ceñudo-. No es coña, ni una trampa. De hecho, si se enteran de que te lo he dicho, me matan. -Vuelve a asentir con la frente arrugada, todo oídos dispuesto a escucharle-. Él nunca te lo confesará, o sí, pero seguramente tarde. En realidad le gustas a Draco.

La reacción de Harry se traduce en abrir los ojos y rebufar hasta la extenuación. Como cabía esperar, no se cree una palabra.

-Blaise...

-No es broma -insiste-, por eso se comporta así contigo. Odia lo que siente por ti.

-¿Le gusto y por eso me lo demuestra maltratándome? Pues oye, es todo amor ¿Eh? Ni Romeo lo hizo tan bien.

-No quiere amarte, pero lo-

-¡¿Amarme?! -repite incrédulo como si hubiera visto un fantasma.

-Pues sí, te quiere, pero no quiere quererte y por eso se comporta así contigo.

-¿Qué estamos, en el instituto?

-Estamos en la uni -confirma Zabini como si las dos cosas fueran lo mismo.

Harry se queda un momento callado. Zabini sabe perfectamente que le corresponde, lo ve en el brillo de esperanza que atraviesa su mirada vidriosa y acto seguido sale del probador como un adolescente a punto de llorar.

"La caja de Pandora se ha abierto, solo falta Neville."

En otra tienda, el nigga le pide a Nev que le dé su opinión, aplicando el mismo procedimiento de antes.

-Pe-pero si me odia... -el gordi no se corta un pelo y abre el grifo del llanto a moco tendido.

-En realidad le gustan los de tu estilo, o tú, no lo tengo claro. Aunque ya sabes, él se ve de infarto y se avergüenza de que le guste alguien como tú, pero más que gustar, te quiere.

-¡Qué vaaaa! Noooooo... -niega en un lamento y después se pone a llorar, moquear, se retuerce las manos, se ríe nervioso, sonríe, llora de nuevo, se entristece.

Un abanico digno de sonrisas y lágrimas que termina cuando salen de la tienda, habiendo comprado todo lo que «necesita» Zabini. El zanahorio le respira en la nuca como si fuera uno del top manta y él el policía.
El moreno y el gordi están idos, pensativos, les ha calado fuerte y tienen miedo de creérselo.

El patito feo: OrigenWo Geschichten leben. Entdecke jetzt