16 - Cazuela de Copelandia a la jardinera

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Parkinson les pide a todos el historial de drogas: tolerancia, reacción, tiempo de efecto etc. y los pesos de cada uno, pues ha preparado setas deshidratas que se van a comer junto a la cena y necesita saber las cantidades proporcionales para que no les entre un chungo.

Neville mira con ojos suplicantes a su estricto y drogadicto novio, pidiendo de forma sutil su permiso.

—¿Estás feliz, gordi?

—Como nunca.

—¿Has tomado pastis?

—No, las tengo ahí en la mochila guardadas.

“Ni se ha dado cuenta de que las tiré.” —piensa sumamente contento.

Theo asiente con una sonrisa; Hermy, pese a la insistencia de Ron, se niega; Blaise igual; y el resto se apunta a un bombardeo. Pansy les recomienda que sean pacientes, tardará en hacer efecto, pero luego durará mucho.

El clima durante, y después de la cena es jovial y relajado; en general, se respira armonía y felicidad. Draco está algo más sonriente, aunque tenso; Harry algo más triste, pero intentando relacionarse, y Hermione tremendamente seria. El tiempo pasa fácil y animado.

—Asty, no me seas nazi y pon algo que le guste al resto —exige el guaperas a la capi, respirándole en su nuca mientras ella está eligiendo música.

—¡Ay!, de verdad… aléjate un poco y dame espacio. No paras de quejarte; que si haz esto, que si no haga lo otro…

Se airea la peluca con un movimiento violento de cabeza y le azota en la cara. Ronald aprieta los labios, ceñudo, toma asiento en el sofá y le asesta miradas inquisitivas. Asty pone una canción de Sex Pistols y se gira, levantando la barbilla con chulería.

—Ooooh, te amo —el pelirrojo se desliza sobre la pista improvisada y se pone a bailar.

—Deja de decir gilipolleces y cállate ya.

Mientras tanto, Draco se planta frente al moreno y le ofrece un Gin-tonic.

—Eh, popotitos…

—No sabía que tu forma de demostrar afecto era aprovisionando.

—¿Qué? Bueno… —una mano en el bolsillo del pantalón, la otra sujetando su propia bebida; su rostro clavado en la pista de baile.

Ronald atrae a Hermione para bailar un temazo cañero y ella accede con una mueca floja. Pansy es la autora de las canciones obscenas y guarras, el reguetón, las salsas y bachatas. El repertorio de baile movidito y/o romántico lo manipula Zabini, y las peticiones personales, Astoria.

—¿Te apetece que nos vayamos al porche? —le propone Harry, envalentonado por las setas.

Ojos al suelo, trago fuerte, mano inquieta, cara prieta y mordida de labios. Harry suspira derrotado y se va a la pista a bailar.

—¿Quién cojones ha puesto una canción lenta? Nos vamos a deprimir —se queja la bollera.

—Yo puedo haceg que sea divegtido —la franchute contonea su culo frente a Pansy y la guía al centro del salón.

—Si me vuelvo a quejar, pegadme.

Neville arrastra a un Theo mega abochornado y dubitativo.

—Gordi, yo no bailo, yo solo me muevo sobre mi eje con una copa en la mano.

—Pues aprendes —le hace que lo coja de su cintura y se cuelga de sus hombros.

Ronald mira a Hermione y a Astoria. La primera está algo ida, bailando sola con las extremidades laxas y una risilla extraña, producto de su borrachera. La otra sentada en una silla, tocándose el cabello con insistencia, mirando minuciosamente los mechones de su peluca.

El patito feo: OrigenWhere stories live. Discover now