8 - Tope quedada

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Habían quedado en la puerta de la cafetería después de las clases, y ahí estaban los popus con caras incómodas esperando a los repus. Una quedada insólita, el trío de oro y el que se apunta a un bombardeo; Nott, se reúnen con el new guaperas, el gordo y la empollona. Todos los estudiantes observan anonadados cómo se agrupan ambas facciones y las chicas abren la comitiva, ondeando sus relucientes cabelleras al son de sus provocativas virtudes femeninas. Fleur le indica a Ronald que se ponga a su altura y él acepta, arrastrando a Hermione a su lado. Neville y Theo quedan rezagados unos pocos pasos por detrás.

—¿Por qué te has apuntado? —pregunta el yonqui al gordi.

—Porque me apetecía estar con todos y pasar una buena tarde con gente nueva —responde con la mirada huidiza.

Theo se enciende un porro de grifa y después de darle una profunda calada habla.

—Eres un mentiroso, el otro día dijiste que yo te gustaba, y luego te veo haciendo gilipolleces con Blaise.

Nev se ruboriza y tartamudea inseguro. —¿Qué? ¡Ah!, bueno… Me dijiste que yo no te gustaba, así que… —se encoge de hombros, fingiendo indiferencia— a pasar página.

Nott gira la cara bruscamente para mirarlo directamente. Le taladra con esos ojos de un color claro indefinido mientras Neville se distrae forzosamente con el paisaje.

—Qué rápido pasas página, eso significa que tampoco es que sintieras mucho por mí.

—Resulta más fácil dar carpetazo cuando tu crush te hace daño, te fuerza sexualmente o te insulta.

Theo detiene sus pasos de golpe sin decir nada. El resto de la comitiva continúa su camino en dirección a la limusina de la pija, ajenos a lo que sucede. Neville sigue caminando unos pasos más, intentando con todas sus fuerzas no mirar atrás. No tiene que flaquear, ¡no puede flaquear! Pero sus fuerzas le fallan, sus piernas le desobedecen, su corazón retumba agitado en su interior, sintiéndolo escapar por la boca. Finalmente, se detiene y demora unos segundos hasta que mira sobre su hombro. Theo está pegado justo a su espalda y le susurra al oído.

—No es tan fácil… —su aliento le provoca un cosquilleo que estremece todo su cuerpo.

—E-en realidad sí, míralos —discrepa, señalando al frente un grupo dispar que conversa animadamente.

Nott reanuda la caminata a su lado y suspira profundamente con la mirada alicaída.

—Esto que te voy a decir no se lo digas a nadie.

—Prometido.

El subguaperas le da una potente calada al porro de tres papeles con la cabeza gacha. —Mi madre tiene cáncer de pulmón. Quimio, radio, operaciones y ahora metástasis. —Neville se queda petrificado por la declaración. Hace ademán de acariciar su brazo, pero se retiene, solo puede mantenerse serio sin saber qué decir. Putada del siglo—. Tiene los días contados, no sabemos cuánto. ¿Sabes qué me dijo cuando descubrió que iba a morir pronto? —Otra potente calada expulsada con la cabeza echada hacia el cielo—. Que su mayor deseo antes de morir era verme sentando la cabeza con una muchacha buena y decente. Una chavala a la que llamar nuera y poder sentirse suegra por primera y última vez. No me pide churumbeles, solo que se la presente si surge la ocasión, aunque sea un rollo poco serio o pasajero. —Neville se apena a más no poder, larga un suspiro hondo y se muerde el labio inferior—. No le gusta el tipo de mujeres que son mis amigas. Si fueras una chica… —su gordi lo mira con los ojos vidriosos, serio y callado—. Si solo fueras una chica… —repite ensimismado, frotándose la barbilla.

—Ella no sabe que eres gay… —supone con voz queda.

—Es que no lo soy, me gustan las mujeres, gordi.

El patito feo: OrigenWhere stories live. Discover now