15 - ¿Se conquista con comida o con recuerdos?

52 7 7
                                    

Alguien abre la puerta del baño y enciende la luz. Draco maldice la intromisión y el verse pillado y expuesto en su momento más vulnerable. No se atreve a mirar; con un poco de suerte, captará la indirecta y por respeto se irá.

-Draco...-la lastimera voz de popotitos le provoca un sobresalto. Oye cerrar la puerta y unos pasos que se aproximan-. ¿Qué te pasa? -se ha arrodillado ante él.

Malfoy levanta la mirada, sus ojos enrojecidos atisban entre lágrimas a un Harry con expresión preocupada.

-Lárgate, quiero estar solo.

-¿Por qué lloras? -insiste, posando las manos sobre sus brazos.

-No quiero hablar de eso. ¡Lárgate!

Una expresión dolorosa cruza el semblante del moreno y este obedece. Se yergue y se dirige hacia la puerta, sus pasos se detienen, girándose para echar otro vistazo al platinado. Draco lo observa con las facciones desencajadas por el dolor, la ira, frustración. Sus gestos piden a gritos ayuda, pero no quiere que se compadezcan de él.

-Harry... -su ronca voz suplica, ruega, implora.

El moreno vuelve sobre sus pasos, lo abraza fuertemente, atrayéndolo contra su cuerpo, siente como el abusón se estremece entre sollozos ahogados. Estrecha el abrazo como si pudiera sostenerlo, para que no se caiga, para rescatarlo de donde sea que haya caído. Malfoy llora en silencio profiriendo suspiros y gimoteos, tiembla, se remueve desesperado en su pecho.

¿Cómo es posible que ese monstruo al que le temía, ahora parezca la criatura más vulnerable?

Comienza a mecer a Draco con cariño, acaricia su espalda a un ritmo lento y junta sus mejillas. Esa piel caliente y húmeda, ese cuerpo grácil de pálida tez se deshace entre sus brazos.

-Yo jamás te apartaría, jamás te alejaría de mí, jamás prescindiría de ti -murmura en el oído de Malfoy.

-Pues yo si lo haré.

Su respuesta le hiela el corazón y le pone la piel de gallina, se separa para encararse con él y lo que espera no lo encuentra. No hay rechazo o desprecio.

-¿Por qué llorabas? -pregunta el matón, aún abrazado al cuatro ojos.

-Porque me ignoras y me rehúyes -confiesa.

-No tengo por costumbre airear mis cosas íntimas, prefiero dejarlas en la más absoluta privacidad.

-Captado... -responde desilusionado.

Draco suspira hondo. El moreno no se lo está poniendo nada fácil, pero él se sigue repitiendo como un mantra que es lo mejor.

-Bésame, Harry...

En verdad, quiere decirle que le necesita, que respira su aliento, que lo tiene a su merced, que cuanto más distantes, más se asfixia.

Harry entrecierra los párpados y le besa con ternura, calma y cariño. Su lengua se abre paso y acaricia la suya con la pasión in crescendo. Se reclina sobre él, le rodea los hombros con un brazo, y con la mano libre desciende hasta la cintura. Draco se deja llevar, reclinando su cabeza hacia atrás para recibir los labios del popotitos por su cuello y su mandíbula. Introduce los dedos en su mata negra y gime contenido al notar los labios en su oreja, exhalando su aliento y delineando con su húmeda lengua el pómulo y la cavidad trasera. El ruido de los roces, el frufrú de las ropas, los chasquidos húmedos de sus bocas y sus respiraciones reverberan por todo el baño. Siente la fricción de sus labios enrojecidos de tanto besarse, el calor de sus cuerpos tensos y necesitados del contacto del otro. Draco libera un quejido al notar el roce húmedo y caliente de la lengua en su cuello. Esa boca contestona que tantas veces le ha sacado de quicio, ahora lo arrastra al suplicio.

El patito feo: OrigenWhere stories live. Discover now