14 - Un monstruo con corazón

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Theo despierta desorientado, notando el peso blandito de un cuerpo desparramado sobre él; es Neville, durmiendo como un bebé. Sonríe y lo abraza, disfrutando de la tibia y mullida sensación de tenerlo consigo. Gordi se remueve quejumbroso y aprieta el abrazo inconsciente. Cara a cara, Theo acaricia su mejilla hinchada con las yemas de los dedos mientras contempla su rostro somnoliento y feliz.

—Gordi, despierta. —recoge una nalga con la mano y amasa con gusto.

—¿Eh? —El bello durmiente abre los párpados pesados y se le queda mirando—. ¡Ah!, oh, eh… Theo.

Se incorpora agitado e intenta escabullirse de la cama. Nott lo apresa por la cintura y lo vuelve a tumbar contra el colchón.

—¿A dónde crees que vas?

Neville está tumbado sobre su espalda y Theo se yergue sobre él, encerrándolo con el peso de su cuerpo.

—Necesito ir al baño. —Se relame los labios y cierra la boca.

—¿No puedes esperar? ¿Nuestro primer despertar juntos y no vas a homenajearte un momento íntimo conmigo?

Apoya los codos en el colchón, a los lados de la cabeza de Nev, y peina con cariño los mechones rubios alborotados de su flequillo.

—Es que… es que tengo que ducharme, lavarme la cara y los diente y… todo eso…

La retahíla explicativa y su mirada de zarigüeya declara sus inseguridades.

—No hueles mal, hueles de haber dormido, y tu aliento no es peor que el mío, siendo yo fumador. No tienes la cara sucia, cuando acabe contigo a lo mejor sí. —Ladea una comisura con chulería.

Neville se relame y traga seco, su guaperas personal le está acariciando el pelo al tiempo que intercala la mirada entre su boca y sus ojos. Deja caer un beso tierno sobre sus labios y se vuelve a erguir con los rostros muy cerca.

—Perdóname, perdóname por todo lo que te he hecho pasar —dice en un susurro grave y ronco.

—Eso está más que perdonado.

La sonrisa emocionada de gordi vale más que todo el oro del mundo, y Nott se siente cada vez peor. Neville no es de los rencorosos, no es de los que castigan. No se lo merece y se siente inmensamente afortunado.

—Pero no quiero que tengas una idea equivocada de mí-

—Theo, tener a una madre que… está mal, debe ser muy doloroso. No parece que tengas apoyo o consuelo de nadie, ni de tu familia. A lo mejor me equivoco, pero… Si yo estuviera en tu lugar, sintiéndome completamente solo e incomprendido, y si además tu madre te pide una chica, pues… es que… bueno… que lo comprendo.

—Eso no es excusa.

—No, pero es una explicación.

Theo parpadea y continúa acariciando su cabello y sus mejillas.

—Te quiero mucho, gordi —dice solemne.

Neville sonríe y entierra sus palmas sobre el culo de infarto de Nott. —Yo también te quiero mucho, y quiero que sepas que puedes contar conmigo para absolutamente todo ¿Vale? No me apartes.

El yonqui asiente con la mirada vidriosa y empieza a besarle.

—¡Holaaaaa, tortolitos! —Pansy, al otro lado de la puerta, aporrea y vocifera como un despertar militar—. El desayuno está servido y la anfitriona os quiere a todo el mundo abajo. Rolletes, magreos y polvos mañaneros tendrán que esperaaaar.

Neville suelta una risilla nerviosa y Theo suspira disgustado, con más mala ostia que un drogata en periodo de abstinencia.

—No cantes aún victoria —amenaza chulesco, esbozando una sonrisa e incorporándose de la cama—, tú serás mi cena.

El patito feo: OrigenWhere stories live. Discover now