Día 3: Antojos

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Naruto tenía miedo, tenia mucho miedo.

Se encontraba caminando en la villa, buscando un paquete de ramen, lo cual podría ser completamente normal, de no ser, porque no era para el, era para Sasuke.

Su amado esposo, llevaba algunos días teniendo uno que otro antojo, nada del otro mundo, que el café con mucha azúcar siendo que a él le gusta amargo, o algun postre.

El problema, es que justo en esos momentos se le había antojado su tan delicioso ramen, eso era muy extraño ya de por sí, la cosa es que eso no era lo peor, lo peor es que se le había antojado la edición especial de salsa de tomate.

Estaba perdido completamente perdido, y no era porque eran las 3 de la mañana, ni siquiera era por eso, era porque la edición de salsa de tomate estaba agotado, lo sabía porque el sabe todo acerca del ramen que entra y sale de la aldea y aún así Sasuke lo mando a buscarlo.

Y ahí estaba, caminando a otra tienda, esperando que se diera el milagro.

Tocó la puerta del local, porque claro eran las 3 de la mañana las tiendas no estaban abiertas.

— Naruto-sama, ¿En qué puedo servirle? — pregunto el amable vendedor, al cual había despertado.

— Lo siento mucho señor, ¿De casualidad tiene un paquete de ramen edición especial de salsa de tomate? — pregunto esperanzado.

— Oh, lo siento mucho, pero lamentablemente se agotaron, le juro que si tuviera una, yo se la daría — hablo el señor preocupado.

— No, no, no se preocupe, está bien así, muchísimas gracias y lamento mucho despertarlo a estas horas.

— No, está bien, cualquier cosa por usted Naruto-sama.

El rubio le sonrió y se retiró, aún le causaba una sensación extraña el ser tan querido y alabado, su niño interior no lo podía creer.

Cuando estuvo frente a su casa, el terror lo invadió, ha estado parado frente al mismísimo Madara Uchiha, sin embargo eso no era nada ante su propio Uchiha.

— Amor, ya estoy aquí...

— Naruto — se paro emocionado — Trajiste mi ramen, tienes el ramen de tomate.

— Sasuke, yo te juro que lo busque, pero te lo dije está agotado, yo lo se, es imposible encontrar uno.

— Naruto, creí haber dicho que se me antojo ramen edición salsa de tomate, ¿No te quedó claro? — la voz tranquila y el rojo de sus ojos, nunca eran una buena señal — No te quiero ver aquí hasta que no traigas mi ramen, no me importa si tienes que ir a la nube si es necesario.

Y con eso dicho, le cerro la puerta de su casa, dejándolo afuera en la oscura aldea.

Uno de los vendedores le había dicho que el ramen estaba disponible en las demás aldeas, cómo la nube, pero prefería buscar en Suna.

Gracias a que tenía perfeccionado su hiraishin, podía llegar en tiempo record, pero eso no quitaba que fuera de madrugada.

Cansado y nervioso, tocó la puerta que tenía enfrente.

— ¿Nuruto? — la persona que tenía enfrente se sorprendió al verlo — Por dios, ¿Paso algo?, ¿Hay alguna emergencia? — pregunto preocupado.

— No, Gaara, lamento mucho despertarte, pero necesito un favor.

— ¿Qué pasa?

— ¿Podrías pedirle a un dependiente de una tienda que me venda un paquete de ramen?, lo haría yo mismo pero está cerrado.

— ¿Es en serio?, Naruto estás aquí, por un paquete de ramen, no puedo creerlo — desaprobó la conducta.

— Te juro que no es para mí, no hubiera venido si no fuera de vital importancia, es algo muy serio.

— Si, Naruto, claro — hablo en burla.

— Es la verdad, en realidad es para Sasuke — hablo casi en un susurro temiendo que alguien lo escuche.

El pelirrojo lo miro con una cara de pocos amigos.

— Si, claro, Sasuke Uchiha, quiere ramen a las tres de la mañana, es muy creíble.

— Es la verdad, lo juro — dijo desesperado.

— Naruto no finjamos, no es la primera vez que vienes a mi aldea por ramen, diciendo que es una emergencia, solo que ahora sí excediste tus límites al venir a estas horas de la madrugada.

El rubio miro indignado, y luego desvío la mirada avergonzado, quizás había ido una que otra vez, no estaba seguro.

— Pero juro que está vez no es así, conozco mis límites y no te molestaría de este modo si no fuera necesario.

— Vamos — ignoro lo antes dicho y camino hasta una tienda cercana.

— Gaara, serás el primero en enterarte, pero es necesario si así puedo recuperar mi dignidad — "imposible", pensó Kurama — La verdad es que Sasuke está embarazado.

— Disculpe las molestias si podría venderme un paquete de ramen... ¿Cuál quieres?

— ¿Eh? — había ignorado lo antes dicho — La edición especial, la de salsa de tomate.

— Oh, ya, acaba de llegarme una caja está mañana, no la he abierto, permítame un momento.

— ¡No! — grito el rubio.

Los dos hombres saltaron del susto.

— Vendame la caja completa, por favor...

Gaara lo miro con decepción, sin duda el rubio estaba loco, primero diciendo que su pareja está embarazada, si claro un hombre, y luego quería llevarse la tienda completa, pobre de su amigo.

— Gracias por todo Gaara, en serio me salvaste la vida, nos vemos, ya te lo compensare con algo lo prometo — dijo antes de desaparecer ante sus ojos.

— ¿Qué pasó?, ¿Qué hace despierto a esta hora? — ese era su mano derecha, solo nego, está no era la primera vez y por supuesto que la última tampoco — Por favor, revisa que a la aldea de la hoja no le falten suministros, solo regreso a dormir.

— Mmm, está delicioso — murmuraba contento — Gracias — hablaba muy feliz de poder saborear su ramen, sentado en su sofá como si nada hubiera pasado.

El rubio solo pudo pensar algo, esperaba que este fuera el antojo más difícil que el azabache tuviera.

Spoiler, no lo fue.

¿Alguien sabe dónde se consigue los Onigiris sabor ramen?

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