Día 24: Cojín de lactancia

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Cuando se despertaron, la habitación estaba en un completo silencio, por un momento creyeron que seguían en un sueño, hasta que despertaron por completo.

— Naruto — se levantó Sauske de golpe,  trato de tocarlo para levantarlo, pero en vez de eso lo golpeo.

— Auch, teme — se quejó adormilado.

— ¿A qué hora son? — pregunto ya más calmado.

— No sé, pero ya es de noche — le resto importancia.

— ¿Qué? — los dos se gritaron al mismo tiempo.

— Shh... no griten — hablo Iruka quien salía de la habitación.

— Iruka, lo siento tanto, nos dormimos, pero... Nosotros... — intentaron hablar todavía desorientados.

— No se preocupen, todo está bien...

Los dos se miraron y se pararon para ir hacia su habitación, la cuna que provisionalmente estaba en su propia habitación, tenía a su pequeño bebé tranquilamente dormido.

Su lindo y adorable bebé era tranquilo, pero no tanto.

— Tranquilos ustedes, solo estuvieron dormidos una hora — agrego calmado y se dirigió a la cocina.

— Solo una hora, bueno, en ese caso no pasó nada...

— Está bien que descansen, vengan a cenar.

— Oh — Sasuke se apresuró a entrar a su cocina, pues era el encargado de cocinar todo en casa, aunque Naruto hace el intento y bastantes bien la verdad, prefería cocinar el mismo, era relajante.

Pero ahora no tenía nada preparado e Iruka estaba esperando la cena, eso era muy desconsiderado de su parte, pero cuando llegó a su cocina se sorprendió de encontrar la cena hecha.

— Siéntense ya les sirvo.

Los dos se volvieron a mirar, ¿Qué estaba pasando?

Iruka sirvió la comida, una cena bastante completa para lo que normalmente ellos cocinaban.

Los tres se pusieron a comer, aunque el castaño fue más rápido, se quedó esperando a que los dos terminarán.

Naruto y Sasuke estaban comiendo más lento, porque estaban sorprendidos, y porque estaba delicioso.

Pero por un momento el bebé comenzó a llorar, ambos lo notaron y estaban a punto de pararse, antes de que Iruka lo hiciera, volviendo con en el bebé, mucho más calmado.

Una vez terminaron de comer, se bañaron y todas esas cosas, para luego poder ir a descansar, aunque sabían que no sería muy fácil.

— Naruto, ven, necesito que me ayudes — hablo el azabache, cuando no encontraron a Iruka por ningún lado.

— ¿Qué necesitas mi amor? — pregunto entusiasmado.

— No puedo acomodarme bien, necesito poder darle leche, pero es algo complicado...

— Am... Y eso, ¿Cómo te ayudo?

— Pues no lo sé, pero con algo.

— Bueno.

Después de unos momentos en los que estuvieron pensando como acomodarse mucho más cómodo, no fue necesario.

— Que bueno que ya están aquí, les traje esto — hablo con sus compras recién desinfectadas.

Y les mostró un cojín de lactancia, cómo lo nombró él, el cual le ayudaría a amamantar mucho más cómodo, y a unas cuantas cosas más.

Funciono bien, demasiado bien, ¿Todo este tiempo estaban haciendo las cosas mal?

— Mi amor, ya no entiendo nada... — susurro el rubio, mientras Iruka había colocado música extraña.

Él negó comprendiendo a lo que se refería, esto estaba siendo algo raro.

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