Día 17: Cordón umbilical

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Cuando el llanto del bebé se escuchó en la habitación, todo quedó en un profundo silencio.

Pasaron alrededor de unos segundos, para que los tres reaccionarán.

Tsunade quien ya había hecho cientos de partos, nunca se había sentido tan involucrada en uno, pero tener que estar en el parto, de Sasuke, a quien conoció desde niño y que ahora es esposo y el amor de la vida de Naruto, quien considera como su nieto, era algo fuerte.

No lo admitiría, pero ella estaba igual de nerviosa que los dos padres primerizos que tenía enfrente.

Sasuke pudo encontrar algo de alivio, suspiro cansado y se dejó caer en la cama, regulando su respiración, tener un bebé no era cosa fácil.

Mientras que Naruto, se acercó a su azabache, al sentir como el agarre en su mano se soltó, le sonrió feliz y se dirigió hacia el bebé.

— Oba-chan, oh...

Primeras impresiones, era algo raro de ver, su bebé estaba cubierto de sangre o de líquido extraño, no lo sabía con exactitud y como podía ver aún estaba unido a Sasuke, literalmente.

— Tranquilo Naruto, necesito que el bebé se acostumbre a respirar fuera, para poder cortar el cordón umbilical.

Naruto estuvo de acuerdo, aunque eso realmente no importaba mucho.

— Todo... ¿Todo está bien? — pregunto el azabache con dificultad y es que no veía nada desde su posición.

— Todo bien mi amor, espera un momento.

Una vez el bebé estuvo bien, Tsunade paso con ayuda de una enfermera, a cortar el cordón, se supone que el papá puede hacerlo, pero Naruto no quería cortar algo que tuviera que ver con su amado esposo, entonces solo lo hizo ella.

Arroparon al bebé y lo llevaron con Sasuke, el cual solo esperaba con la poca paciencia que manejaba.

— Sasuke... Está aquí... — susurro a su lado, no quería espantar al bebé, que estaba muy tranquilo.

— Déjame verlo — hablo con pequeñas lágrimas en sus ojos, producto del dolor que tuvo que pasar y la felicidad que le generaba tenerlo a su lado.

— Es muy lindo, ves su cabello, es azabache como el tuyo, parece que los genes Uchiha son más fuertes — hablo entre suaves risas.

— Más le vale, por lo que tuve que pasar que fuera rubio sería el colmo.

— Hehe, Sasuke, a mí me hubiera gustado que saliera pelirrojo, aunque eso sería extraño.

— Los Uzumakis suelen ser pelirrojos, sería algo posible, supongo.

El bebé, ante tantos susurros, abrió lentamente sus ojos, sonriendo inmediatamente.

— Naruto...

— Azules, sus ojos son azules — casi grita de la emoción.

— Sabía que los genes de Naruto harían algo — hablo feliz, no le molestaba en absoluto, algo que amaba de su esposo, eran esos hermosos ojos, tan lindos como el cielo y que brillan todo el tiempo.

— Gracias...

— Mm... Agh — se quejó en un momento.

— ¿Qué pasa? — pregunto asustado el rubio mientras agarraba a su hijo, el cual Sasuke había soltado.

— Lo siento, es solo que de repente, me empezó a doler la cabeza, agh...

Tsunade y la enfermera habían salido un momento, solo porque Sasuke no estaba en riesgo, pero Naruto no pensaba lo mismo en estos momentos.

— Tranquilo mi amor, no debe ser nada malo...

— No, es mi chakra, está, está muy débil — intento decir.

Naruto entonces recordó algo, su madre al ser una Jinchuriki, al estar embarazada y sobre todo en el parto, todo el esfuerzo que tuvo que hacer, hizo que el sello de Kurama fallara, pues era como si técnicamente usará chakra sin hacer algo.

En el caso de Sasuke sucedía algo parecido, su chakra se consumía durante el embarazo, dejándolo débil los últimos momentos, sumando el hecho de que utilizo su Rinnegan por accidente durante el parto, era lógico creer que el chakra estaba por los suelos.

Con rapidez dejo a su bebé en la cuna que tenía a lado y se sentó en la cama con Sasuke.

— Perdón Sasu, fui muy tonto al no darme cuenta — añadió algo arrepentido, tomo su mano y con cuidado empezó a pasar un poco de chakra de vuelta a su azabache.

— ¿Qué sucede?

— Debe de dolerte la cabeza porque utilizaste tu Rinnegan después de mucho tiempo y con muy poco chakra, error nuestro.

— Mn... No me di cuenta, entre tanto, pensar si el bebé estaría bien o no, no me fijé en mi propio cansancio.

— No te preocupes, ya estarás mejor, necesitas descansar mi amor, yo estaré pendiente de nuestro hijo, duerme un poco.

— No, quiero ver qué hacen, si todo estará bien.

— De eso me encargo yo, no te pido mucho, duerme una hora como mínimo, ¿De acuerdo?

El azabache medio asintió, porque la verdad lo había atacado un enorme cansancio, solo esperaba poder sentirse un poco mejor y estar con su familia.

Naruto le dio un dulce beso en su frente, antes de que Tsuande entrara a la habitación, había cosas que revisar.

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