Día 25: Cólicos

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Después de que esa extraña música terminara, su bebé ya estaba dormido y Naruto también, solo negó feliz.

Se paró de la cama, para ir la habitación donde se quedaría el castaño.

— Lamento que no esté tan bien acomodado, no esperaba que alguien se quedará aquí.

— No te preocupes Sasuke, está bien, además yo lo veo demasiado limpio — dijo mientras le sonreía.

— Bueno, si lo está, pero igual no esperaba que alguien lo ocupará.

— Siempre has sido igual de limpio, me alegra que eso no haya cambiado — una sonrisa nostálgica se posó en su rostro.

— ¿Yo?, ¿Limpio? — pregunto curioso.

— Claro, todos los días cuando entrabas a la academia, limpiabas cuidadosamente el lugar donde te sentabas para poder poner tus cosas.

Sasuke lo recordaba, pero no sabía que Iruka también lo hacía.

— Cuando estabas en la academia, llegué a pensar que nunca podrías estar cerca de Naruto sin pelearse o mirarse mal, pero luego me di cuenta que era su forma de llevarse bien, porque después de todos los años en los que estudiaron siguieron haciendo lo mismo. Me alegra mucho que estén juntos ahora.

— No sabía que prestarás atención a todas esas cosas — nombró verdaderamente sorprendido.

— Bueno, ustedes dos eran importantes para mí, al ser huérfanos, creí que podía ayudarlos un poco, funciono con Naruto, pero tú fuiste diferente, más dedicado, mucho mejor alumno, aunque quise acercarme, no parecía de tu agrado.

— No es personal, solo no quería que las personas me tuvieran lástima, no quería dar a entender eso.

— Lo entiendo, pero que bueno que no te caigo mal.

— No, no, sé que eres valioso para Naruto, por eso estás aquí ayudando, te lo agradezco.

Iruka le sonrió de vuelta, a veces tuvo dudas acerca de la relación entre ellos dos, sobre todo por lo delicado que ocurrió la situación desde que Sasuke desertó la aldea.

Pero después de tantos años de ver cómo Naruto lo perseguía, supo que Sasuke era alguien más allá de la fría mirada que les daba a todos, y apoyo a Naruto en todo lo que necesito en su búsqueda.

— Si llegan a necesitar algo, solo llámenme — hablo antes de irse a costar, Sasuke se regresó también.

— ¿Qué pasó mi amor?, ¿Estamos en problemas? — pregunto al darse cuenta que Sasuke había desaparecido un buen rato.

— No, para nada, pero creo que nuestro pequeño está en buenas manos — le hablo contento.

— Que bueno que estés feliz, mi amor, tu felicidad y la del bebé es lo más importante para mí.

— Gracias — no tenía ganas de replicar ante su comportamiento cursi, porque a quien engañaba, le encantaba.

Se acostó a su lado y se acurrucó con cuidado, Naruto sonrió y lo abrazo.

— Estoy muy feliz de por fin estar con ustedes dos en casa, llevamos ya un rato y no pueda estar más feliz, te amo, te amo demasiado, ¿Lo sabes verdad?

Sasuke asintió feliz, con un calor en su corazón, lo cual sentía cada vez que estaba con el amor de su vida.

— Esta etapa hay que vivirla lo mejor que podamos, juntos.

— Juntos.

Lo ama, más bien, se aman.

A la mañana siguiente, los dos estaban un poco más motivados para aprender lo mejor que pudieran.

Pero su bebé se los estaba poniendo algo difícil, Iruka tuvo que ir a la academia a organizar unas cosas antes de tener unas vacaciones y ellos dos estaban solos.

— Naruto, tenemos que ir al hospital — hablo ya nervioso.

Su bebé había estado llorando bastante tiempo, pero no era su pañal, no era la comida, no entendía por qué lloraba, pero se veía mal, podía sentirlo.

Su pequeño lloraba con sus puñitos cerrados y no paraba.

— Llamaremos a Sakura, será más rápido — hablo Naruto igual de preocupado.

En un segundo desapareció y regreso con Sakura a su lado.

— ¡Ah!, ¿Qué te pasa?, ¿Qué haces? — grito mareada al desaparecer y aparecer de la nada.

— Sakura, necesitamos que revises a mi bebé, no sé que tiene, pero algo le pasa.

— ¿Eh?, Bueno, déjame revisarlo — por suerte la trajeron con su maletín y pudo revisarlo.

Los dos se miraban nerviosos, sería más fácil con Iruka aquí, solo llevaban un día con él, pero ya lo veían como el mayor experto.

— No se preocupen, solo son cólicos, son normales en un bebé, indica un buen funcionamiento en su intestino, si algo se vuelve diferente, entonces me avisan — les dio ciertas indicaciones y se fue.

Iruka llegó unos momentos después y lo bombardearon de preguntas, pero él estaba ahí precisamente para ayudar.

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