Día 28: Juegos

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Su pequeño era fácil de entretener, tal vez demasiado fácil de entretener, se divertía con la tele, con su tamborcito, le hacía reír su peluche, si le hablabas tiernamente y todo ese tipo de cosas.

Eso era algo bueno, aunque les gustaba pensar como divertirlo, para ellos ver y escuchar su risa, era lo más hermoso del mundo.

— ¿Qué crees que le guste? — pregunto el azabache mientras observaba todos los juguetes de la tienda.

— No lo sé, sinceramente pienso que le gustaría una caja.

— Eso ya lo sé, pero hay que comprarle juguetes bonitos, ¿Qué te parece este tomate de peluche?

— Es muy lindo, me parece perfecto, esperemos que le guste tanto como a ti.

— Espero que no le guste tanto el ramen, no es bueno para su salud.

— Pero es delicioso.

— Naruto, no.

— Ya, ya entendí, mejor busquemos algo más para el bebé.

— ¿Me preguntó que le gustará exactamente a nuestro hijo?

Naruto hizo un sonido indescriptible para Sasuke.

— ¿Qué dijiste?

— Nada, es que, qué hermoso suena "nuestro hijo" viniendo de tus labios, amor — hablo melosamente.

El azabache lo miro confundido, Naruto siempre con sus cosas.

— Llevemos este peluche de dinosaurio, es súper bonito, estoy seguro que tuve uno igual — menciono feliz.

— ¿En serio?, Qué bonito, entonces hay que llevarlo.

— ¿Hay algún juguete que esté aquí, el cual hayas tenido? — pregunto curioso.

— No lo creo, de pequeño yo no tuve juguetes, así que no.

— Oh, lo siento, se me olvido, no quise ser grosero.

— No te preocupes Sasu, esas cosas ya pasaron, pero estoy seguro, que el juguete que le va a encantar va a ser este — menciono sosteniendo la caja, era un peluche de Kurama, tan bonito.

— Pff, qué lindo — rio en burla — Es igualito al original.

— ¿Qué clase de muñeco asqueroso es ese?

— Es igualito a ti Kurama, solo que en versión chiquita, hasta creo que si le aprietas un botón hace como un rugido.

Sasuke lo apachurro y el muñeco hizo lo que pareció más un maullido que otra cosa.

— Qué asco.

— Es muy lindo Kurama, tal vez nuestro pequeño se familiarice con él, y después pueda convivir contigo.

— ¿Qué te hace pensar que conviviré con ese mocoso?

— ¿Qué te hace creer que dejaré que conviva con esa bestia?

Naruto solo los miro a los dos, pero bueno, ellos siempre eran así.

— Mejor hay que llevarnos los juguetes y vamos a casa, ya hemos estado lejos de él un buen rato.

Sasuke estuvo de acuerdo, pagaron todas las cosas y se fueron a su casa.

Cuando llegaron su pequeño estaba viendo un video en la televisión, una canción pegajosa, sobre un pollo y una mano, no le habían prestado mucha atención, además de que escuchaban varias canciones y todas se parecían un poco.

— Que bueno que ya llegaron — hablo Iruka cargando al bebé, el cual al despegarse de la tele, empezó a querer llorar.

— No, no, no llores, mira lo que te trajimos — hablo feliz, mientras les mostraba sus nuevos juguetes.

El pequeño miraba con emoción, mientras balbuceaba cosas sin significado o por lo menos para ellos.

— Trajimos un dinosaurio — dijo mientras lo sacaba y se lo daba.

Con sus pequeños manitas lo sujeto, mientras lo observaba, y luego lo dejo caer al piso mientras se reía.

— Hehe, parece que no es su favorito.

Naruto tomo a Kurama y se lo entrego, esta vez el pequeño miro al peluche con confusión, ladeó su cabeza sin entender, Kurama observaba todo desinteresadamente, lo tomo y entonces lo chupo, riendo en el proceso.

Naruto sonrió orgulloso, su pequeño era tan hermoso.

Kurama lo miro sin ningún sentimiento, el mocoso era adorable, le daba asco.

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