Día 19: Amamantar

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Después de un rato en el que Sasuke descanso, Tsunade llegó para darle las indicaciones más importantes.

No estarían mucho tiempo ahí, al siguiente día en la mañana podrían regresar a casa, pero por mientras lo tendrían vigilado.

Le explicaron que el sangrado persistirá varios días, o hasta semanas, para eso los pañales, cómo le decía Naruto, ya que en realidad tenían otro nombre.

— Muy bien los dos, regresaré a explicar más cosas, pero necesito atender a otras personas, no se me desesperen — añadió revisando su agenda.

— Me ofende Oba-chan, yo los cuidaré muy bien a los dos, ttebayo — sonrió orgulloso.

La médico solo asintió y salió de la habitación.

— Ten cuidado Naruto, este bebé es real, no es como con los que practicamos.

— Eso lo sé, teme, seré muy cuidadoso, siempre lo he sido.

— Dobe, eso dijiste la primera vez con el muñeco y no sé cómo lograste tirarlo de las escaleras.

— Fue un accidente, sabes que nunca lo haría al propósito — hablo dramático.

— Eso lo sé, pero se te cayó y a mi bebé no lo ponemos reponer.

— No te preocupes, lindo, todos estará bien, lo prometo — añadió dándole un beso en el dorso de su mano.

— Más te vale usuratonkachi.

Naruto le sonrió amorosamente, jamás, jamás dañaría a las dos personas más importantes que tiene y jamás dejaría que los dañaran.

— Hola, espero no molestar — se escuchó una voz en la puerta de la habitación.

— Kakashi-sensei — hablo feliz el rubio.

— Hola a mis dos mejores alumnos y afortunadamente ahora padres.

— Kakashi-sensei, ¿Cómo supiste que el bebé ya nació? — pregunto confundido.

— Oh, bueno, es una buena historia, resulta que me encontraba en la torre Hokage, checando unos papeles, cuando de repente empezaron a intentar abrirse unos portales, que claro los reconozco como los portales de mi pupilo.

Sasuke solo desvío la mirada, ni siquiera recordaba, con claridad, el haber hecho portales.

— Ah, ya, una disculpa Kakashi-sensei.

— Está bien, inmediatamente los busqué y al no encontrarlos supuse que ya estaban aquí, felicidades.

— Gracias — respondieron los dos.

— ¿Puedo verlo? — pregunto delicadamente.

— Claro — asintió el rubio y lo condujo a su cunita.

Kakashi quien se encontraba bastante feliz por la noticia, se acercó en silencio, tampoco quería importunar, pero en cuanto vio al niño, casi grita de emoción, es tan lindo.

— Ahora está durmiendo, pero tiene ojos azules — hablo el rubio, orgulloso de que heredará sus mismos ojos.

— Es muy lindo, me alegro mucho de que esté bien, debió ser difícil, son muy fuertes.

— Soy muy fuerte — hablo el Uchiha, quien aún se sentía algo aturdido.

— Sí que lo eres — sonrió Kakashi.

Estuvieron un rato platicando, acerca del parto y todo lo que vivieron ese día.

— Oi, Kakashi, ¿Te quedarás más tiempo? — pregunto directo.

Kakashi casi sintió que lo estaban corriendo, a lo que amablemente diría que ya se iba.

Pero Naruto sabe con qué tono y con qué intenciones habla su esposo.

— Sé que tiene trabajo como Hokage, pero...

— Estoy algo libre, le dije a Shikamaru que estaría ocupado, ¿Por qué?

— Confío en ti, necesito meterme a bañar, pero no puedo dejar a mi bebé solo — explicó mientras trataba de levantarse, siendo auxiliado por Naruto.

— No lo sé Sasuke, bañarte es algo nuevo, pero si es lo que-

— ¡No!, Claro que no, quiero pedirle que cuide a mi niño.

— Ahh, en ese caso, si no se preocupen, estará a salvo conmigo — dijo feliz, Sasuke confiaba en él.

Naruto, muy alegre por los dos, agarro a su Uchiha y lo cargo en brazos al baño, a pesar de sus constantes reproches.

Cuando terminaron de bañarse, Kakashi se tuvo que despedir, no podía ignorar el papeleo más tiempo, los abrazo a ambos y dijo que volvería al día siguiente.

Sasuke se sentía un poco más relajado por la ducha, al menos no se sentía sucio del sudor o de las lágrimas que tuvo a la hora del parto.

Más noche Tsunade llegó, pues tenía que ayudar a Sauske con su siguiente tarea.

— Solo debes de colocar al bebé en esta posición y esperar a que succione tu leche, no tardará más de 20 minutos, estaré aquí para que todo esté bien.

Sasuke asintió, se abrió su bata de hospital y con cuidado acercó a su hijo.

Al principio no parecía querer agarrar el pezón y eso empezó a preocuparle, pero Tsunade le aseguro que era normal, pues es la primera vez de ambos.

Empezó a hablarle un poco y el bebé pareció reaccionar al estímulo de su voz, succionando por fin la leche.

Era una sensación extraña, pero no le molestaba, al contrario, se sentía muy unido a su bebé, ofreciéndole de su leche.

Después de unos veinte minutos, el bebé pareció terminar, así que la rubia le explicó qué hacer después.

— Ya es noche, dormirán aquí, el bebé volverá a comer después de las horas indicadas, tienes que hacer lo mismo, si necesitas algo solo avísame.

— Oba-chan, gracias, no se preocupe, estaremos pendientes.

— ¿Dónde dormirás? — pregunto Tsunade al no verlo muy convencido de dejar la cama de Sasuke.

— En el sillón, pero me quedaré aquí hasta que Sasuke se duerma, por supuesto.

La rubia solo los miro amorosamente, esperaba que todo saliera bien para los dos, se lo merecían completamente.

— Naruto, ve al sillón de una vez, estás incomodó aquí.

— No te preocupes, mi vida, tu comodidad es primero, hasta que no estés dormido, no me iré.

— Usuratonkachi, no seas necio.

— Tranquilo, estaré bien, pero quiero que estés bien tú, para que te recuperes pronto y puedan darte de alta correctamente, ¿Si amor?

El azabache asintió y se dejó llevar por las suaves caricias, por lo menos antes de que su bebé se pusiera a llorar, bueno, era su trabajo ahora.

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