MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]

CAPÍTULO 10

Narra Peter

Al girar la cartera pude percibir un ruido, como si hubiera algo más en su interior.

Descubrí que en el bolsillo de atrás había una especie de transfondo donde se encontraba una carpeta con diferentes datos.

En uno de los papeles se encontraba una fórmula escrita.

"øø algoritmo de la tasa de desintegración"

De repente llamaron a la puerta.

-Un momento.

Rápidamente escondí la carpeta, desperdigué las cosas de la cartera para después sentarme en la silla y hacer que estaba editando las fotos para finalmente abrir el mecanismo de pestillo que había creado.

-Pasa. Dije causando que el tío Ben entrara a la habitación.

-¿Todo va bien? Preguntó.

-Si ¿Qué pasa? Respondí con tranquilidad.

-Madre mía eres clavado a él ¿Puedo pasar? Observó al verme con las gafas.

-Si.

-Escucha, yo no tengo estudios y lo sabes Peter. Caray, a los diez años ya no podía ayudarte con los deberes. Lo que intento decir es...se que ha sido difícil para ti crecer sin tus padres, y se que no hablamos mucho de ellos.

-Si, da igual. Contesté restándole importancia.

-No, no da igual. Ojalá pudiera cambiarlo, pero no puedo. Curt Connors, es el que estaba en la foto con tu padre y con el padre de Leah. Trabajaron juntos durante años, y eran íntimos. Pero después de aquella noche no le volvimos a ver. Veo que sigue igual de guapa. Señaló observando la foto de mi ordenador del equipo de debate que estaba apliada mostrando a Leah junto a la foto que le saqué esta mañana.

-Si, siempre lo fue. Contesté sonriendo cuando el tío Ben se levantó dirigiéndose a la puerta.

-Tío Ben. Le llamé para que no se fuera.

-¿Qué?

-Eres un padre estupendo ¿Vale? Aseguré causando que sonriera antes de irse.

Pasé los siguientes minutos investigando todo lo posible sobre Curt Connors y el trabajo que hacía con mi padre.

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Narra Leah

Llegué al apartamento bastante feliz, había sido un buen día.

Aún no era capaz de procesar que había recuperado a mi mejor amigo.

Deje las cosas en mi habitación para cambiarme y hacer mi rutina de ejercicio. Me ayudaba a concentrarme para poder tener el control sobre mis habilidades. Había conseguido grandes progresos estos últimos meses.

Después de una ducha me puse a preparar la cena, adoraba cocinar, sobretodo si era con música. Cené viendo una serie en la televisión para luego dirigirme al escritorio de mi habitación.

Terminé mis tareas y pasé a mi trabajo del periódico. Era la redactora por lo que tenía que verificar que todo iba según lo planeado además de corregir mis propios artículos.

Por último empecé con mi trabajo del laboratorio. Debía comprobar varios informes y cerrar de una vez el itinerario y la organización de la visita que habría en dos días para los nuevos internos del doctor Connors.

Ser la directora del departamento de desarrollo e investigación llevaba bastante trabajo, más si eras de las accionistas mayoritarias al ser la sobrina del dueño. Pero amaba hacerlo al fin y al cabo.

Al finalizar me tumbé en la cama para seguir mi lectura cuando me fijé en una de las fotos que tenía enmarcada en mi estantería de Peter y yo de pequeños.

El momento que llevaba evitando durante todas estas hora llegó.

Me invadió la inseguridad. Me alegraba de haber hablado con Peter de nuevo, pero tenía miedo ¿Y si le hacía daño?¿Y si descubría lo que era y se apartaba de mi lado?¿Y si volvía a perderle?

El sonido de mi teléfono me sacó de mis pensamientos, por lo que fui a contestar.

-¿Si? Pregunté al ser un número que no tenía registrado.

-Hola Diane. Esa voz la reconocería en cualquier parte, sabía que lo recordaría.

-Hola Benjamin. Contesté. Peter y yo antes teníamos la costumbre de llamarnos por nuestro segundo nombre. Cuando me registre en su teléfono lo hice como Diane, en vez de simplemente poner Leah.

No se como lo hace, pero siempre aparece en los momentos en los que más le necesito.

Todas mis preocupaciones pasaron a segundo plano desde que nos pasamos mínimo los próximos 90 minutos hablando por teléfono como solíamos hacer en el pasado.

Al parecer nuestros caminos se volvían a cruzar. Solo deseaba que esta vez se mantuvieran unidos.

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-S