CAPÍTULO 16

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Narra Leah

Al día siguiente, fuimos a comer con tía May, quien había hecho sus famosos y deliciosos canelones.

Por la tarde, estuvimos leyendo tumbados en el tejado, disfrutando del sol del mediodía.

Después, nos centramos en investigar en el garaje de Peter sobre como mejorar nuestros trajes y no ser electrificados por otra situación como la de anoche.

-No sé que más hacer. Si me acerco, mis lanza-telarañas se fundirán. Se lamentó Peter. -No puedo hacerlos de goma como nuestros trajes, tienen que ser en parte de metal.

-¿Los has imantado? Pregunté comiendo otra galleta.

-¿Imantado? Eso no lo he probado. Y guárdame alguna. Señaló haciendo que levantara mis manos de forma inocente y apartara el plato de galletas a un lado.

-Vale... ¿recuerdas la clase de ciencias de octavo? Si imantas un clavo con una batería...

-Aguanta una carga eléctrica. Completó el castaño para luego ir directo a besarme. Aunque también aprovechó para robarme la galleta que había en mi mano.

-¡Oye! Exclamé agarrando mi botella de zumo.

-¡Lo siento, te quiero! Me respondió subiendo las escaleras corriendo.

Un par de minutos después, bajó con una batería mucho más grande que las que habíamos probado anteriormente y con una toma de tierra conseguimos imantar los lanza-telarañas.

-Y es por eso que fuiste el segundo de la clase. Señalé con una sonrisa de lado.




El sonido de mi teléfono me despertó de golpe. Lo último que recordaba era haberme ido de casa de Peter para seguir trabajando con proyectos finales de la Universidad y para avanzar con algunos artículos del periódico. Debí de haberme quedado dormida.

-¿Si? Dije algo somnolienta todavía.

-Leah, se que es algo tarde, pero no puedo dormir ¿Puedes venir a casa?

-¿Harry? ¿Qué ocurre?

-Necesito enseñarte algo.

-Enseguida estoy allí. Respondí algo extrañada y preocupada por partes iguales.

Un Harry que lucía bastante cansado y enfermo me abrió la puerta y me indicó que subiera a su habitación.

-Harry, ¿que ocurre? Me estás asustando.

Él no dijo nada, sin embargo, me entregó una serie de informes. Eran expedientes médicos de nuestros padres y de nosotros.

-¿Qué es esto? Quise saber.

-Mi padre me dijo antes de morir que su enfermedad es genética. Me confesó. -Tanto mi padre, como tu madre, estaban enfermos con alguna anomalía. Y ahora, nosotros también. Todo esto estaba en archivos ocultos que mi padre conservaba.

-No, no lo entiendo... yo estaba enferma, pero ahora ya no... y tú, tú... ¿Estás enfermo? Cuestioné confusa.

Harry avanzó hasta mí y sujetó mis manos con cautela. -Tu accidente, tu herida en la médula, te ha permitido más tiempo, Leah. Pero no estoy seguro que eso signifique tu cura. Y en mi caso, los síntomas ya han comenzado.

-No puede ser cierto...

-Lo es, nos quedamos sin tiempo. Pero aún tenemos una esperanza. Me aseguró para después mostrarme un vídeo en la pantalla. Eran el padre de Peter, mis padres y Norman Osborn.

-Las arañas... Susurré.

-Exacto. Dijo Harry, poniendo un periódico sobre la mesa. Spider-Man y Frost estaban en la portada, era una foto de Peter. -Nunca llegaron a las pruebas en humanos. Pero con él ha funcionado y quien sabe si con ella también.

-No creo que sea lo más seguro, Harry. Esos experimentos se destruyeron por un motivo. Comenté.

-Merece la pena intentarlo, ¿no lo crees? Haré lo posible por encontrarlos y salvarnos, Leah. Es nuestra única esperanza de sobrevivir. Afirmó sonriendo.

Suspiré aún preocupada. No pude evitar fijarme en que tanto sus manos como las mías temblaban levemente. -Yo haré lo posible por buscar otras alternativas. Encontraremos una solución, ya lo verás. Le aseguré. -Pero el veneno de las arañas no es la solución, sino nuestra condena.

MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]Where stories live. Discover now