CAPÍTULO 1

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Narra Leah

Casi era la hora, la espera se hacía interminable.

Me era imposible no mover mis piernas en mi asiento o no jugar con mis anillos en señal de nerviosismo al mismo tiempo que llevaba mi teléfono a mi oreja.

-Más te vale contestar, Peter Benjamin Parker... Murmuré hacia mi misma impaciente y volviendo a asegurarme de que tenía bien puesta la escola dorada y el birrete, a juego con la toga, de un tono azul brillante.

-Hola...

-¿Dónde estás? Quise saber sin preámbulos.

-Lo, lo siento, me retraso un poco... Estoy en mitad de un atasco. Se disculpó con la respiración agitada.

-Pues es el peor momento, Peter. Esto ya ha empezado. Comenté cada vez más nerviosa. Mis manos temblaban levemente.

-Lo siento, lo siento. Estoy en la primera con Broadwey. Segunda... tercera... eh... cinco minutos, diez máximo.

Un ruido llamó mi atención. -¿Eso son sirenas?

-No... Mintió.

-Peter...

-Que no.

-Benjamin...

-No son sirenas, Diane.

-Claro... Entonces, tu retraso no tendrá nada que ver con la alerta que me ha llegado hace unos minutos sobre un robo de un cargamento de plutonio en los laboratorios, ¿verdad? Dije de forma irónica.

-Puede que sí sean sirenas... Murmuró Peter con todo aquel ruino de fondo.

-Más de veinte coches de policía y dos helicópteros y has tenido que ir tú a detenerlos... Pensé que hoy era nuestro día libre. Exclamé intentando mantener mi tono de voz bajo.

-Nosotros no tenemos días libres, Anderson.

Suspiré y llevé mi mano a mi sien debido al dolor de cabeza que me provocaban aquellas sirenas. -Lo sé, lo sé... Pero no tardes, me toca enseguida.

-Prometido. Respondió el castaño antes de finalizar la llamada.

El director del instituto no se demoró mucho en anunciar el momento el cual era el origen de mis nervios. -Y ahora, quisiera presentarles a una alumna extraordinaria, la primera de su promoción. Demos la bienvenida a: Leah Anderson.

Me dirigí al escenario intentando mostrarme de lo más calmada y siendo acompañada por los varios aplausos.

Respiré hondo al llegar frente al micrófono antes de comenzar mi discurso: -Buenos días estimado profesorado y familiares de mis compañeros graduados. Es un honor poder dar este discurso ante vosotros. Tras años de dedicación y esfuerzo, hemos logrado estar hoy aquí. Muchas veces se nos hacia infinitamente larga la espera. Pero, como todo, esta etapa de nuestra vida tiene un final: nuestra graduación. Lo que quiero decir con esto es: que la vida es impredecible y nuestro tiempo limitado. Por ello es lo más valioso que tenemos. Os pido que luchéis por aquello que os hace sentiros vosotros mismos, aquello que realmente queréis, que amáis, que os importa más que nada en este mundo. Haced de vuestra vida una de la que identifiquéis como vuestra y de nadie más. Suerte en esta nueva etapa y gracias por escucharme.

Tras los numerosos aplausos, llegó el momento de la entrega de diplomas.

Al ser la primera de la promoción, me mantuve junto a los profesores en el escenario para felicitar a mis compañeros recién graduados.

Mi calma regresó por completo al ver aparecer justo a tiempo aquel chico de cálidos ojos cafés con su hermosa sonrisa y algo agitado por las prisas.

-Voy a matarte, Parker... Mascullé cuando se acercaba a mí tras recibir su diploma.

-Inténtalo. Dijo desafiante antes de besarme profundamente delante de todos, provocando la ovación del público.

Al separarnos me guiñó un ojo para luego bajar las escaleras de lo más contento. Causando que mordiera mi labio levemente y negara con mi cabeza divertida sin apartar mi mirada de la suya en ningún momento.

MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora