CAPÍTULO 14

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Narra Leah

Disfrutábamos de un delicioso helado en el momento en el que, de repente, un fuerte sonido proveniente de la corriente y varios gritos a unas cuantas manzanas nos alertaron.

Ambos nos miramos y echamos a correr inmediatamente.

Subimos a lo alto de un rascacielos para cambiarnos y observar el lugar proveniente de los ruidos: Time Square.

-Parece una especie de campo electromagnético que...

-Que colapsa y adsorbe el resto de la energía. Finalizó Peter por mí mientras se ponía su máscara y yo cambiaba de aspecto. Dejando fluir esa sensación la cual estaba retenida en una zona desde mi cuello hasta el final de mi columna.

Conforme íbamos acercándonos, nos dimos cuenta de que se trataba de un hombre. Él era el causante de aquel campo electromagnético.

Los coches de policía le rodearon y los agentes le apuntaron con sus armas amenazadoramente. El hombre parecía asustado y confuso, todas las cámaras le apuntaban.

Intentaron neutralizarlo con gas lacrimógeno, pero eso solo le hizo asustarse y hacer que esa extraña electricidad se descontrolara.

Se descontroló a tal punto que los coches de policía volaron en todas las direcciones.

De hecho, de no ser por Peter, uno de los coches habría aplastado a un policía.

Yo ayudé rápidamente al resto de los agentes a salir de los coches tras revisar que no se encontraran gravemente heridos.

Por desgracia, los policías no tardaron en abrir fuego.

El hombre intentaba protegerse totalmente asustado. Aquello solo le hacía perder más el control y ejercer un mayor daño.

-¡Basta, alto el fuego! Exclamé al mismo tiempo que me subía junto con Peter arriba de uno de los coches de policía. Dado que no hicieron caso alguno, formé una barrera de escarcha entre el hombre y los policías, que se disipó segundos después de que bajaran las armas.

-¡Eh, chispas! ¿Cómo te va?  Cuestionó Peter, llamando su atención.

-Eres tú...

El hombre estaba encapuchado y su piel era de un completo azul eléctrico, al igual que mis ojos.

-Sí, soy yo ¿Quién eres tú?

-¿No te acuerdas de mí?

-No, ¿debería?

El hombre dio un pequeño paso hacia la alcantarilla, donde la electricidad se propagó por un instante. Esa misma alcantarilla llevaba hasta unas escaleras repletas de personas. Peter y yo nos miramos preocupados. No debía moverse.

-Yo iba por la calle. Un coche casi me atropella, pero tú me salvaste. Narró el hombre. -Dijiste que me necesitabas.

Aquello se me hacía familiar.

-¡Tú eres el de los planos! Concluyó Peter.

-Sí, los planos...

Peter bajó del coche de policía y yo seguí sus pasos.

-¡Sí! Me acuerdo de ti, claro que me acuerdo de ti. Eres mis ojos y mis oídos ¿Cómo te llamabas?

-¿Cómo has podido olvidarme? Soy Max...

Solo había una opción...

-No te ha olvidado. Hablé con cautela. -Me hablaste de él. Me acuerdo... Max... Hola, Max.

La expresión del hombre se volvió mucho más alegre. -Sí... Os acordáis de mí.

-Claro que nos acordamos de ti, Max. Comentó Peter. -¿Cómo estás?

-No sé que me está pasando...

-Te entendemos, todo se arreglará, ¿si? Dije de manera tranquila.

-Es extraño... la fuerza que noto... tengo tanto odio...

Peter y yo volvimos a mirarnos y dimos otro paso hacia delante.

-Lo vemos, vemos que no quieres estar aquí, vemos que estás asustado, que no sabes que te está pasando, que no quieres hacer daño a nadie. Aseguró Peter. -Todo irá bien.

-Qué no me disparen...

-¡No disparéis! Nadie va a disparar. Exclamé con voz seria y firme.

-Eso es, ¡Ya os he hablado de mi amigo Max, por ello, no vais a disparar a Max! Gritó Peter.

-¿Qué te parece si hablamos solo los tres tranquilamente? Propuse.

Max quiso dar un paso adelante, pero Peter le detuvo. -Quédate ahí, ten cuidado con la alcantarilla...

-Yo solo... quería que todo el mundo me viera...

-¿Y si vienes con nosotros? Lejos de toda esta gente.

-Sí, sí... Al ir para atrás, dio con un charco de agua, la cual hizo rebotar la electricidad sobre sí mismo. Esto hizo que un franco tirador le disparara y todo se descontrolara.

Max descargó toda su irá enviando la electricidad a una de las pantallas para obtener más energía todavía.

En un intento de detenerle, un rayo de energía nos lanzó a los dos contra un coche de policía respectivamente.

Mi cuerpo cayó al suelo adolorido sobre varios cristales. La sobrecarga de electricidad había hecho que mi cabeza diera vueltas por unos segundos, a tal punto de no poder levantarme.

Sentí como una de las telarañas de Peter impedía que una de las pantallas cayera sobre mí. Al fin pude reaccionar. Me puse en pie y comencé a soldar con la escarcha algunas pantallas, evitando que aplastaran a varios de los policías y personas que se encontraran tras la zona acordonada.

MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]Where stories live. Discover now