MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]

CAPÍTULO 23

Narra Leah

A pesar de nuestros avances, la gente seguía en pánico y los heridos aumentaban por momentos.

-Debo irme y detener a Max. Me dijo Peter.

-Voy contigo.

-No. Tú no vienes. Se negó. -Quédate con los heridos y no hagas esfuerzos.

-Sí que voy. Contesté de manera desafiante.

-Lea... Frost, es peligroso.

-¿Tengo que recordarte que no eres el único con habilidades? Comenté creando una esfera de escarcha en las palmas de mis manos.

-¿Tengo que recordarte que estás enferma? Respondió. -Son cargas eléctricas con un alto voltaje, Leah, digo, Frost. Tus habilidades son contrapuestas, tu corazón no lo aguantará.

-Ha aguantado cosas peores. Repuse.

-Frost...

-Voy contigo. Sabes que me necesitas y no pienso...

El vigilante suspiró derrotado y me puso una mano en la boca para silenciar mis palabras. -¡Ag! Vale, vale... Está bien... vienes conmigo.

Unos gritos me hicieron girar la cabeza. Peter aprovechó esto para pegar mis manos al capó de un coche gracias a sus telarañas. Impidiendo que me moviera y así poder irse sin mí.

-¡Lo siento, te quiero! ¡No me odies! Dijo mientras se alejaba.

-¡Voy a matarte, Spider-Man! Le grité molesta.

Cerré mis ojos y congelé la telaraña a tal punto que sus átomos se separaron, convirtiéndose en polvo en escasas décimas de segundo.

Seguí el rastro de electricidad que dejaba Max, creando más y más caos y destrucción a su paso.

Por lo que, sin perder dicho rastro, iba parándome a ayudar a las personas que me fuera posible.

Al llegar a la central eléctrica, Peter y Max estaban sumergidos en una intensa pelea.

Max consiguió sostener a Peter en el aire debido a la cantidad de energía que desviaba hacia él para debilitarlo.

Creé un filo de hielo y lo lancé para que se clavara justo en inicio de su columna, consiguiendo que solara a Peter de golpe.

Antes de que pudiera atacarme, le rodeé de escarcha, mandándolo varios metros hacia atrás. Se golpeó con uno de los postes quedando inconsciente.

Fui directa hacia Peter, quien estaba recomponiéndose en el suelo, realmente molesta. -¡Oye! ¡Me has telerañeado a un coche! ¡¿Qué te pasa?!

-No debes estar aquí... Murmuró al levantarse con dificultad.

-¡¿Me atas para irte a la guerra?! ¡Yo sé como ayudarte! Exclamé.

-¡¿Qué haces aquí?!

-¡Por si no lo sabías, Peter Benjamin Parker, YO fui quien creó el diseño de la red, quien creó la configuración del sistema! ¡Sé como reiniciarlo!

-¡¿Qué haces aquí?! Repitió igual de molesto que yo y vigilando a su vez que Max no despertara. -No puedes estar aquí. Podrías morir si te alcanza uno de esos rayos, Leah. Márchate. No puedes arriesgarte así, no hasta que estés curada.

-¡Nadie me da órdenes, Parker! ¡Nadie decide por mí! ¿Vale? ¡Nadie! Le grité. -¡Aunque esté enferma, es MI decisión! ¡Mi decisión, es mía! No puedes hacer esto solo, y lo sabes.

Peter suspiró derrotado y me abrazó con fuerza sin dejar de mirar sobre su hombro.

-Escúchame. Le pedí algo más tranquila. -Sé como detenerlo. Es como una batería ¿Qué pasa si sobrecargas una batería?

-Que explota. Me respondió comprendiendo a donde quería llegar.

-Exacto. Debemos usar su poder contra él. Aclaré. -Tú intenta reconectar los cables y yo reiniciaré el sistema.

-Perfecto. No conectes la corriente hasta que te avise. Pase lo que pase. Me pidió.

-Peter...

-Pase lo que pase. Repitió severamente cuando Max volvió a despertar. -¡Corre!

Subí las escaleras de la torre de control lo más rápido que me permitieron mis piernas.

Al llegar a la cabina, había tres hombres en el suelo. Tomé sus pulsos, pero, por desgracia, ninguno de ellos seguía con vida.

La palanca de reinicio se encontraba encadenada. Por lo que congelé el candado hasta reducirlo a cenizas para tener acceso a la palanca.

A través del cristal, pude observar como Peter luchaba por unir los cables con sus telarañas mientras era sometido por Max a una potente carga eléctrica.

Una vez consiguió unir las telarañas, me gritó que conectara la corriente.

Dudé por una pequeña fracción de segundo hasta que Peter volvió a gritarme.

Bajé la palanca con decisión, esperando que diera resultado.