El costo del amor 2

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Jungkook buscaba ropa en la maleta morada que le habían traído a su marido.

-Kookie no quiero esa camisa–Jimin suspiró pesado cuando su esposo le mostró una prenda negra.

-¿Y cual quieres?–Preguntó Jungkook rendido.

-La blanca, la de botones que tiene para amarrar encima del vientre–Jimin sonrio cuando su esposo consiguió lo que quería. -Ayúdame a ponerla... Por fis...

Jungkook rio suave y se le acercó, con cuidado le puso la camisa y la abotono lentamente... Le hizo un nudo con el mismo cinturón de la prenda dejándolo por encima del vientre, ambos se quedaron mirando y Jimin suspiró lentamente.

-No quiero que nadie me vea así...

Jungkook asintió, sabía a lo que se refería su esposo. Así que antes había hablado con el médico y le pidió que no dijera ni comentara nada de la salida de Jimin por si alguien se le ocurriera llamar a los periodista. Además había pedido que lo esperaran en el estacionamiento subterráneo por si alguien los veía.

-Cuando lleguemos a la casa te daré un helado y te llenaré de besos–Jungkook le dio un suave beso en la mejilla sobre el vendaje y sonrió. -¿Que dices?.

-Qué debes prometerlo...

Jungkook rio suave, asintió y recogió todas las cosas de su esposo para ir a casa.. Hoseok los venia a recoger mientras los demás esperaban a Jimin en la casa para darle una bienvenida.. Aunque no estaba todo curado si debían celebrar que estaba vivo tanto él como el bebé.

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Jungkook había cargado a Jimin con sumo cuidado, antes de dejarlo en la habitación lo sentó en la sala para que él pudiera disfrutar de toda la familia.

Los niños ya estaban mucho mejor y es que ellos solo necesitaban ver y hablar con su padre. Todos comieron y bebieron menos Jimin que lo único que había consumido era helado de moras que le había prometido su marido.

Cuando Jimin se cansó esta vez fue Hoseok quien lo cargo, el menor solo por molestar a su hermano le dio besitos en la mejilla, cuando fue dejado en la cama su hermano mayor se limpió la mejilla con fuerza haciendo sonreir a Jimin.

-Qué baboso eres Jimin...

-Pues tu eres un limón–Jimin se acomodó en la cama y le dio la espalda.

-Si si.. Solo no soy empalagoso como tu–Hoseok se inclinó y dejó un suave beso en la cabeza sobre el vendaje de su hermano. -Descansa...

Jimin sonrio y asintió.

Jungkook le agradeció a su cuñado y cerró la puerta con seguro después que salió. Se quitó los zapatos con las calcetas, se quitó la camisa y se acostó en la cama para poner su mano sobre el rostro de su amado.

-Ya estás en casa... Si necesitas llorar hazlo, estoy contigo...

Jimin dejó de sonreí y bajó la mirada.

-Pero no le digas a nadie–Susurró Jimin escondiemdose en el pecho de su marido. -No quiero que digan que soy débil...

-Será nuestro secreto–Jungkook le dio un beso en en la cabeza y cerró los ojos mientras lo abrazaba. -Necesitas sacar eso...

-¿Y si puedo hacerlo? ¿No dañare al bebé?–Preguntó Jimin temeroso.

-Puedes hacerlo tranquilo, el bebé estara bien.. Todo va a estar bien...