El primero de muchos

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Hace doce años...

Este ha sido, como mínimo, la peor semana del mundo.

El miércoles, cuando entregaron los exámenes de historia del lunes, el cero rojo en la esquina superior derecha de mi hoja no me sorprendió. Ese día no tuve cabeza para nada. Para completar, no supe absolutamente nada de Jazz. No la vi por los pasillos, ni en clase. En ningún momento estuvo aquí.

-¡Esto es inaceptable Nathan! -Reclama mamá, blandiendo la hoja de examen con ira.

Mantengo la vista fija en la mesa de madera, apretando los bordes de la misma. Sé que es inaceptable, pero, ¿qué podía hacer?

-¡Un cero, Nathan! Y no se espera menos. Digo, ¡no respondiste nada! -Agarra con tanta fuerza la hoja que esta se arruga en el punto donde la tiene sujeta.

-Lo sé -farfullo.

-¡No sabes una mierda! -Golpea la mesa, sobresaltándome.

-Lauren, cálmate -intercede papá, tomándola de los hombros.

-No me toques. -Se aparta mamá del toque de papá-. Esto es tu culpa -señala entre dientes.

-¿Mi culpa? -Papá frunce el ceño.

-Sí, Stefan. Tú culpa. Tú eres el que le ha permitido todas esas cosas, como el fútbol americano y las fiestas. Has convertido a tu hijo en un idiota -acusa mamá.

-No hables de mí como si no estuviera aquí -gruño.

-Tienes razón, cielo -casi escupe la palabra-. Vete a tu cuarto. Ya. -demanda.

-Pero...

-Nathan -interrumpe papá-. Ve.

Asiento y subo las escaleras, quedándome en un punto ciego para que no supieran que los escucho a escondidas.

-¡Mira lo que has hecho con él, Stefan! ¡Es un incompetente! -las palabras de mamá me golpean justo en el corazón, haciendo que se retuerza de dolor. No sé por qué me odia tanto.

-No es un incompetente. Todos caemos en baches de vez en cuando -me defiende con voz tranquila papá.

-No lo protejas con tus tontas filosofías. No tengo la mente débil como tu hijo, que se cree cuánta estupidez sale de tu boca.

-¿Sabes algo? Nathan es un chico increíble, pero tú jamás le has dado la oportunidad. Es inteligente, fuerte, y una gran persona. Pero tu envidia te tiene ciega.

¿Envidia? ¿Por qué mamá me tendría envidia?

-No le he dado una oportunidad porque él es igual que ella. No me extrañaría que termine en el mismo lugar que ella.

-¡No permitiré que hables así de Caroline! -Por primera vez en mi vida, mi padre le grita a mi mamá.

¿Quién es Caroline? ¿Por qué mamá la odia tanto? ¿Y por qué papá la defiende? Mi cabeza da vueltas. No entiendo nada de lo que ocurre.

-Claro, defiende a esa zorra sólo porque te dio a tu idiota hijo -escupe, y luego la sala queda en silencio.

Me quedo en shock. ¿Cómo que le dio un hijo? Si yo soy hijo único... ¿hablaban de mí?

Mis ojos se llenan de lágrimas. ¿Qué está pasando?

-Nathan -jadea papá, que me descubre espiando.

Lo miro, dedicándole una mirada suplicante, sedienta de información.

-¿Qué está pasando papá? -Le pregunto con la voz rota.

Sucio Traidor (Revenge #2).©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora