¿Y si...?

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Aparco el auto en la entrada y lo apago. Suspiro y masajeo mi nuca. No es sencillo entrenar a un equipo de fútbol americano en el que piensan con la cabeza equivocada, al menos la mayoría.

Salgo del auto y camino hacia la casa. Abro la puerta y veo la sala vacía y la televisión apagada. Frunzo el ceño pero es reemplazado por una enorme sonrisa cuando una pequeña de cabello castaño y grandes ojos azules camina dando tumbos hacia mí.

-¡Papi! -Dice sonriente.

Mi sonrisa se expande y me acuclillo frente a ella, extendiendo mis brazos para atraparla en un gran abrazo.

-Hola, Hollie -beso su sien y la alzo, dándole un par de vueltas sólo para escuchar su contagiosa risa de bebé. Se lleva su puñito a la boca y yo lo retiro-. No bebé, si haces eso, tus dientes serán feos.

Ella hace un adorable puchero y frunce el ceño.

-No quiero ser fea.

Río ante su respuesta.

-No tienes nada que temer. Ya eres la niña más hermosa del mundo, mi princesa -sus ojitos se iluminan y rodea mi cuello con sus pequeños brazos.

Subo las escaleras hasta el cuarto de fondo, la habitación azul, como la llamo. En serio, todo es azul. Paredes, cortinas, la alfombra, juguetes, la cuna, el móvil, los muebles... todo.

Camino hasta la cuna, donde duerme profundamente Adam. Es tan adorable, con sus mejillas rechonchas y sus ojos azules, también. ¿No les dije que todo era azul aquí?

Frunzo el ceño, buscándola, pero no la veo.

-¿Dónde está mami, Hollie? -Pregunto.

Ella se encoje de hombros y la dejo en el suelo. Escucho ruidos provenientes de la planta baja y cada músculo en mi cuerpo se pone en alerta.

-Quédate aquí y cuida que Adam no despierte. ¿Puedes hacer eso, princesa? -Hollie me dedica una mirada seria y llena de madurez que no tiene. Se sienta en la mecedora junto a la cuna y observa a su hermano con cuidado.

Cierro la puerta de la habitación y bajo las escaleras sigilosamente. Giro hacia la cocina, viendo un sartén y una cuchara de madera en el mesón. Frunzo el ceño y veo que, junto al sartén, hay una pistola de juguete Nerf. La tomo y la examino, preguntándome qué diablo pasa.

-¡Alto ahí! -Demanda una voz femenina y sin pensarlo la apunto con la Nerf.

Por suerte, ella sostiene una también, así no quedo como un estúpido frente a un ladrón. Mi corazón se relaja cuando la reconozco y bajo el arma de juguete.

-¿Qué haces?

Jazz pulsa el gatillo y uno de los dardos me golpea el torso y luego cae. La veo, confundido.

-¿Jamás te enseñé que no bajes la guardia ni aunque tu enemigo sea tu amigo? Creí que después de todo, habrías aprendido eso -bufa, bajando la Nerf.

-Estoy confundido.

Jazz ríe.

-¿Qué decían de los futbolistas siendo idiotas? -Pone la pistola sobre el mesón y camina hacia mí. Se pone de puntas y me besa.

-No todos los futbolistas tienen un contrato con una editorial -le recuerdo con orgullo.

-No todos son como tú -me besa nuevamente, y esta vez empujo para profundizar más el beso.

Ella suspira y la levanto, sentándola en la mesada y ubicándome entre sus piernas. Tomo su cadera y la jalo hacia mí, y ella jadea.

-¿Papi? -La voz de Hollie nos interrumpe y apenas nos da tiempo de separarnos antes de que aparezca, luciendo asustada-. ¿Están bien?

Por un momento olvidé a mis propios hijos. Pero en mi defensa, Jazz no hace que pensar sea sencillo.

-Estamos bien pequeña -la alzo en brazos y la bezo.

Jazz sonríe y se baja del mesón, sonrojada. Demonios, esta mujer ha traído al mundo dos hermosas criaturas y aún se sonroja como si tuviera 15. Es demasiado perfecta.

Mi esposa desaparece en las escaleras y Hollie saca un papel doblado de su pantalón.

-¿Qué es? -Sonrío cuando lo abro.

En el dibujo, estamos los cuatro. Estoy yo, siendo inhumanamente alto, con una capa, tomando de la mano a una persona más pequeña, que debe ser Hollie ya que lleva una corona. Junto a ella hay una persona más alta pero no por mucho y lleva una corona más grande, y tomando su otra mano, está un pequeño con una capa, también.

Jazz baja y trae a Adam en sus brazos, hablándole en un tono meloso y haciendo muecas que me hacen reír. Ella se acerca a nosotros y mira el dibujo, y puedo ver cómo sus ojos se llenan de orgullo al ver la familia que después de tantas dificultades logramos tener.

-Es hermoso Hollie -Jazz besa la frente de nuestra pequeña y ella sonríe orgullosa-. ¿Te parece si lo ponemos en el refrigerador?

Hollie sonríe y asiente con entusiasmo, haciéndome reír. Jazz asegura el dibujo con un imán con la forma del famoso cartel de entrada de Las Vegas.

Rodeo con un brazo a Jazz y beso su sien mientras ella observa el dibujo.

-Vaya que eres inmenso -comenta.

-Eso me decías anoche.

Jazz estalla en risas y se detiene cuando nota la mirada confusa de Hollie, quien espero no me haya escuchado.

-Debemos acostumbrarnos a no hacer bromas de doble sentido porque van a quedar severamente perturbados -bromea ella.

-No te preocupes, aún faltan años antes de que los entiendan.

Y así nos quedamos viendo el dibujo de Hollie, mientras pienso en lo afortunado que soy por tener una esposa como Jazz y dos hijos maravillosos. No haría nada diferente ni aunque pudiera. No cambiaría nada. Estoy justo donde siempre he querido estar.

Fin.


Nota de autora: Si antes no había roto sus corazones, estoy segura que ahora lo hice. Gggg. Este es el final. Más al rato subiré los agradecimientos y un par de cosas más. Espero que hayan amado leerme tanto como yo los ame escribiendo. Un gran beso. Cuidense, y no confíen en caras bonitas. ESTO ES UN FINAL ALTERNATIVO. ELLOS MURIERON. ESTO ES LO QUE HUBIERA SUCEDIDO SI CONTINUARAN VIVOS:c.

Ori los ama.

Sucio Traidor (Revenge #2).©Where stories live. Discover now