Sucio Traidor (Revenge #2).©

Reencuentros emocionales

—¿Estás bien? —Pregunto por quinta vez, viendo la pierna de Jazz rebotar frenéticamente, debido a los nervios.

Ella murmura una afirmación distorsionada, debido a que tiene el meñique entre los dedos, otra señal más de su ansiedad.

—Jazz, déjalo. —Alejo su delgado dedo de sus carnosos labios, beso sus nudillos y ahueco su mano entre las mías. Su mirada, que anteriormentente estaba fija en la corteza de un árbol, se dirige con lentitud hacia mi—. ¿Por qué tan nerviosa?

Ella escanea mi rostro, cosa que siempre hace antes de abrirse. Busca algún signo de aburrimiento, algo que la haga cerrarse y no contar nada. Jazz siempre ha sido tan calculadora, tan meticulosa.

—¿Y si Logan no desea verme? —Su ceño se frunce y me dedica una mirada angustiada y triste, como si en su mente sucediera el rechazo de Logan y ella no soportara el dolor de aquello.

—Jazzie, eso no va a ocurrir —suavizo las líneas de preocupación en su frente con el pulgar.

—¿Cómo estás tan seguro? —Separa su mano de las mías y se levanta, caminando de un lado al otro, murmurando.

Aprieto la mandíbula, sabiendo los motivos. Logan le tiene demasiado cariño a Jazz como para no aceptar su perdón, pero eso ella ya debe saberlo.

—Sólo lo sé —me encojo de hombros—. Además, ¿por qué no querría verte? —Estiro mis brazos sobre el respaldo de la banqueta—. Cualquier hombre quiere verte fijamente —ronroneo, sacándole una sonrisa.

—Bueno, la gente suele asustarse cuando los amenazas con un cuchillo.

Touché.

—Creo que abrirás un hueco, pequeñita —Jazz detiene en seco su marcha nerviosa ante la voz de Logan.

Ambos lo miramos parado a un metro de nosotros, con las manos en los bolsillos, con una pose relajada, pero todo su cuerpo grita que está tan nervioso como Jazzie.

Ella chilla sonriente y corre hacia él, lanzando sus brazos en su cuello. Logan trastabilla un paso atrás, pero la atrapa y le da una vuelta en el aire, enterrando su nariz en el cuello de ella.

Mientras esto ocurre, yo aprieto el borde del banquito, tratando de controlar mis celos. No quiero montar una escena, mucho menos arruinar el momento de Jazz con su amigo.

Por algún motivo, recordarme a mí mismo que él es su amigo y yo su novio, calma un poco la bestia celosa que habita en mi pecho.

Cuando veo que el abrazo se ha prolongado más de lo que la bestia aguanta y que Logan la presiona cada vez más cerca de su cuerpo, me aclaro la garganta, haciendo que ambos se separen y se vean sonriendo. Camino hasta Jazz, envuelvo sus hombros con mi brazo y estrecho la mano de Logan con el brazo libre.

—Me sorprende que siga vivo —comenta Jazz burlona.

—No es como si fuera una bestia maniática de los celos, Jazzie —respondo. Luego veo fijamente a Logan, clavo la mirada en sus ojos y seriamente digo—: Pero hombre, vuelve a abrazar tanto a mi chica, y tú comenzarás a ser una —apunto a su entrepierna.

Logan arruga la cara y Jazz se carcajea un poco.

—Claro, para ti es chistoso porque no tienes nada que pueda amputarse —bufa él.

—Tengo extremidades.

—¡Hablo de cosas importantes, Jazz!

Ella ríe.

—Cierto. Olvidé que piensas con la cabeza errónea.

Sin ser capaz de contenerme más, me parto de risa hasta que mis ojos se llenan de lágrimas, y en el proceso, Jazz y Logan también están riendo a carcajadas.