Capítulo 47: Un mundo de piezas de rompecabezas.

8.4K 1.1K 479
                                    


3/3


10 años atrás.

Botines de tacón mediado sonaron en el brillante piso del instituto, había miradas curiosas que al reconocer tal caminar echaron un vistazo a los ventanales para ver pasar al rey de la escuela. Quien pronto se graduaría y eso dejaría muchos corazones devastados.

El rey del hielo, como había sido apodado, o el príncipe frío, Park Jimin. Acomodó su uniforme, ese donde el color azul marino de la tela resaltaba sus facciones, y el pantalón a cuadros estilo escoces quedaba con el elegante logo del colegio, la corbata roja escondida entre el chaleco oscuro debajo de su saco, era como un modelo escolar, perfecto y elegante.

Detrás de él, una sombra más alta se curveó sobre su pequeña figura, con la camisa sin corbata, pero con el chaleco semi abotonar, pantalones a cuadros que parecían más grandes, pero se mantenían firme en su cintura. El alfa de alfas, Kim Taehyung.

Ambos llevaban a juego una bonita boina con pequeños detalles centellantes (en susurros se decían que eran diamantes) y el hecho de que venían hablando ruso en voz baja con fuertes acentos rítmicos, los hacía parecer General y comandante, intimidadores, dominantes y listos para liderar un batallón de cien personas. Y tal vez así pasaba en realidad, con el hecho de que toda la escuela incluido profesores y directivos, parecían acatar cada una de sus palabras como si fueran ley.

O al menos todo eso se proyectaba a la vista del alfa que los observaba. No fue su intención verlos, ni siquiera prestarles atención. Había llegado a la escuela para encontrarse con el director, un amigo con quien tenía negocios en común, pero para Min Hangkyu, encontrar al hijo de Park Kangjoon en su salto de adolescente-adulto en la preparatoria, fue como un golpe a su estómago.

Habían pasado años desde la muerte de Kangjoon, pero Hangkyu podía recordarlo, y ese omega, era su viva imagen, con un rostro mucho más delicado, pero también hermosamente masculino. Facciones andróginas que estaba seguro hacían que cualquier cayera a sus pies. No es como que Hangkyu fuera uno de ellos, por supuesto que no, no quería que lo mal interpretaran, no era propio de su parte ver y pensar tales cosas de un chico que fácilmente podría ser su hijo por la edad. Lo único que él quería expresar, era su desconcierto y parcial emoción al ver su fascinante parecido con su omega padre, y la belleza heredada que era obvia y la cual nadie podía negar.

En todo caso, Hangkyu volteó a ver a su hijo, Yoongi parecía desinteresado, recargado en el ventanal con los brazos cruzados sobre su pecho y auriculares en las orejas, su chico se había graduado del mismo colegio hace años atrás, y había decidido acompañar a su padre bajo el argumento de querer caminar por esos pasillos una vez más, pero el alfa no hizo más que estar de pie, tranquilo y en silencio mientras esperaba que su padre terminara lo que tuviera que hacer para regresar a casa.

Fue entonces cuando Hangkyu observó una acción fascinante, un acto tan discreto, tan pequeño que pasó desaparecido para todos excepto para sus ojos creedores de fantasía.

En el momento en que los niños de Jisub decidieron pasar caminando por su lado, hablando entre ellos. Yoongi levantó su rostro del suelo, sus ojos rojos vivo mirando confuso alrededor, levantó su nariz para olfatear, pero tan pronto como lo hizo volvió a su posición original. Y al mismo tiempo que aquello pasaba, Jimin se desconcentró de la platica de Taehyung, frunciendo el ceño y mirando por el pasillo, olfateando un aroma extraño en su nariz, sin saber que sus ojos de igual forma se habían vuelto de un plateado brilloso. Basto para que su amigo golpeara su brazo con levedad, y ambos volvieran a su charla, pasando de ellos y perdiéndose al final del pasillo. Como si no hubiera pasado absolutamente nada.

Business World [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora