Capítulo 19: Un mundo de maldad y crueldad.

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Advertencia: este capítulo puede tener algunas escenas desagradables NO explicitas, pero aún así es mejor prevenir / Este capítulo también contiene información valiosa para aquellos lectores que tienen sus teorías, todo lo que sucede en este capítulo esta pasando en el tiempo presente de la historia (para que no lo confundan con recuerdos) / por favor leer la nota al final del capítulo, disfruta la lectura. 

 

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Rusia, ciudad Riazán.


—Vamos bebé, es hora de la siesta, ¡que ruidoso eres! —la dulce risa de un omega resonó en la habitación.

Un hombre alto y vestido de blanco se encontró observándolo detrás de un ventanal, mientras miraba detalladamente cada movimiento de la persona, sus ojos analizaban con intriga cada aspecto y de vez en cuando escribía algo en su tableta, era impresionante lo que hacía el resguardo mental psicológico.

Observó como el omega de un cabello rubio dorado mecía en sus brazos a su bebé, tenía una hermosa sonrisa, en realidad tenía un buen aspecto, según su registro en dos semanas cumpliría cuarenta y cuatro años, sin embargo, no lo parecía. Debía ser algún rasgo de su raza, una que aún desconocían.

El omega era hermoso, bastante hermoso y no iba a negarlo, él sólo llevaba una semana trabajando en el centro, pero no podía evitar quedarse embelesado por el hombre rubio quien tenía un aura que provocaba que atrajera las miradas.

—Hey Joe, ¿espiando a número diez otra vez? —la voz de su compañero lo sobresaltó.

—No lo estaba espiando, estaba haciendo mis anotaciones, oye Woosuk... tú puedes comunicarte con él, ¿no?

Woosuk se acercó al vidrio, el omega parecía cambiar la ropa de su bebé, se veía contento y hacia cariñitos en las pequeñas manitas del infante.

—Lo hemos intentado, pero no habla con nadie más que no sea ese juguete.

Joe se acercó al ventanal también, observando más de cerca, el bebé que el omega ahora volvía a mecer en sus brazos no era más que eso, un muñeco de trapo que el hombre insistía en sostener con tanta alegría.

—Oh mi bebé, que pequeño dormilón eres...

Alejándose del vidrio, el hombre coreano suspiró—Tranquilo, es inofensivo, esta así todo el tiempo, nunca nos ha ocasionado problemas, ¿vamos a la cafetería? muero de hambre, no pasara nada si dejas de observarlo cinco minutos.

El medico asintió un poco dudoso, dedicándole una última mirada al hermoso ángel y su "bebé".

—Mira estos ojos tan bonitos... ¡idénticos a los míos! Claro que sí...

Business World [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora