Business World [YoonMin]

Capítulo 00: Especial sin lapso de tiempo.

[El siguiente especial es por los 70k de lecturas, ¡muchísimas gracias a todos! ♥] 

-Esto no pertenece a la línea de tiempo general o universo de Business World en su totalidad, puede que sea un vistazo en el futuro incierto, así como también puede que nunca suceda, sólo es un especial-. 

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Abrió sus ojos con pereza, bostezando suavemente mientras apretaba más el felpudo muñeco entre sus brazos. Se sentó en la cama, tallando sus ojos para aclarar su vista y mirar alrededor frunciendo el ceño cuando encontró la habitación vacía.

Con cuidado gateó sobre la cama, bajándose con dificultad sin olvidar a su peluche, un conejo color rosa que ya se encontraba bastante viejo, pero era su fiel acompañante.

Sus ojos grandes y redondos miraron la puerta con molestia, su pequeña nariz de botón arrugandose cuando el pomo se encontró lo suficientemente alto para él. Retrocedió en el instante en que escuchó voces, la puerta se abrió y una figura entró, vestido de traje y corbata, un alfa se encontraba hablando al teléfono.

—¿En qué momento di permiso de que comenzaran a vender en mi distrito? —La voz enojada de su padre lo hizo querer llorar, pero se aguantó, lo importante es que el mayor había dejado la puerta abierta y salió corriendo tan rápido como sus cortas piernas de tres años se lo permitieron.

Chilló alegre cuando encontró el pasillo vacío, pero tan pronto dio la vuelta chocó con un par de piernas que lo hicieron retroceder hasta caer en su trasero, sus pequeñas manos empuñadas y labios abultados que temblaron en el principio de un llanto al ver a una figura desconocida.

—¡Tonto! ¿Qué le hiciste al pequeño amo? —un hombre con el mismo traje de seguridad hablo detrás del primero, ambos con expresiones preocupadas.

—¡No lo vi! ¡no pensé que andaría corriendo por aquí!

Pero el pequeño no esperó a que los hombres se disculparan o intentan hacerlo reír como usualmente pasaba, gateó lejos de ellos volviendo a pararse para sacudir sus rodillas, arrugando su nariz otra vez cuando se encontró con su peor enemigo.

Las escaleras.

—¡Bola de moco! ¿qué rayos estás haciendo? —. La voz de su hyung lo sobresaltó justo cuando había pisado el primer escalón.

Sus ojos oscuros de tenue color whisky idénticos a los de su padre chocaron con el azul zafiro helado de su hermano mayor.

Jaemin le miró con una expresión enojada, este mismo comenzó a acercarse con rapidez hasta que no tuvo más remedio que alzar sus brazos y dejar que le cargaran.

—¿No te ha dicho mamá que no puedes bajar las escaleras? ¿por qué crees que hay un tobogán para niños al otro lado, bola de moco tonta? —Jaemin hizo una mueca al levantar a su hermano por completo—, que pesado te has vuelto, pequeño moco.

—¿Mimi? —preguntó empuñando sus manos, finalmente suspirando y dejando caer su cabeza sobre el hombro del mayor, rindiéndose ante su hermano—, quiero a Mimi.

—Mimi está en la alberca, te has despertado tarde hoy, eh... —Jaemin le sonrió, besando su frente con cariño mientras bajaba las escaleras con cuidado, caminó unos momentos hasta las puertas traseras, grandes y majestuosas que daban a un esplendoroso jardín.