¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)

XI

Stolas estuvo particularmente decaído esa semana, Ascaroth simplemente no podía hacer mucho al respecto más que actuar como siempre.

¿El motivo? Sencillo, Octavia cambió gradualmente su comportamiento volviéndose incluso más alejada del búho. El imp conocía su motivo, se preparaba mentalmente para conversar con él.

No le veía lógica, pero cada quien se preparaba como le fuese mejor.

Stolas salió de su habitación al balcón donde miró una paloma de pie en su barandal, su mirada lo siguió en cuanto salió volando y desapareció de su vista al acercarse al imp que debía estar junto a él.

Ladeó la cabeza al notar como Octavia armaba una corona de flores mientras el imp hacía alguna otra cosa, logró apreciar como el imp llevaba el cabello atado en una colita y una corona de flores adornaba su cabeza.

Por el ángulo en el que los miraba no fue capaz de averiguar de lo que estaban hablando, pero parecía ser un buen tema ya que su hija reía por momentos y negaba. Sintió los celos y la envidia recorrerlo al mirar la escena, su hija no se acercaba a él, pero si a ese imp.

En cuanto la mirada de Octavia terminó en sus manos, Stolas sintió un escalofrío recorrerlo al observar como el imp lo miraba sobre su hombro y sonreía antes de guiñar un ojo. No estaba seguro del motivo del guiño, pero no sabía cómo reaccionar exactamente.

Tan solo unos segundos después, el príncipe se encontraba camino a donde había visto al par.

-Oh, vaya. ¿Qué están haciendo?

Octavia lo miró antes de bajar la corona de flores de forma que la "ocultaba" de su padre, mientras que Ascaroth le colocó el collar de flores ya terminado a la menor.

-Solo jugábamos con las flores.

-¿Te diviertes, cariño?

Octavia solo desvió su mirada al suelo mientras murmuraba un suave "lo estaba".

La mirada de Stolas terminó en el imp, quien ya lo miraba con intensidad. Tragó en seco antes de carraspear y fruncir el ceño.

-Y tú, ¿qué crees que haces? Se supone que eres mi guardaespaldas.

-Si, pero-

Ascaroth fue interrumpido por la voz de Stolas, por el tono supo que estaba molesto.

-Pero nada, deberías estar cuidándome en mi habitación.

-Sí, pero no hay lugar más seguro que su habitación y además puedo ver su balcón desde aquí.

-¿Y si me atacan desde el interior?

Octavia y el imp se miraron por un segundo, ambos sabían que eso era imposible ya que no cualquiera entraba a ese palacio.

-Entiendo, lo siento.

Ascaroth se levantó del suelo y sacudió sus ropas antes de mirar a la menor mientras se desataba el cabello nuevamente.

-Espero podamos reunirnos en otra ocasión, señorita.

-Claro.

Sin más, el imp siguió a Stolas hasta su habitación. Se puso de pie junto a la puerta mientras el príncipe se recostaba en su cama a continuar su lectura.

-¿Celoso, alteza?

-¿Crees que puedes hablarme en ese tono?

Ascaroth sonrió con malicia, Stolas nunca antes le había hablado así.

-Lo siento, la señorita Octavia pasa por mucho estrés.

-¿Y por estar contigo se va a disipar o algo así?

-No, pero ayuda.

El príncipe se puso de pie y se acercó peligrosamente al imp, se inclinó a su altura mientras ponía una mano en su cadera y lo señalaba con la otra, dando suaves toques a su pecho.

-No te atrevas a fijarte en mi pequeña, además, ¿qué fue ese maldito guiño?

-¿Qué guiño?

Ascaroth tomó la mano de Stolas con cierta firmeza y delicadeza para después besar sus nudillos mientras lo miraba a los ojos, guiñó un ojo mientras sonreía de forma "coqueta".

-¿Este guiño?

El príncipe sintió sus manos temblar al escuchar la baja y ronca voz del imp, nunca había escuchado ese tono y extrañamente no estaba disgustado. Carraspeó la garganta antes de recobrar la compostura zafándose de su agarre.

-Ya que eres solo un pequeño imp, no conoces la etiqueta. Así que no hagas eso de nuevo si no conoces el significado.

-Oh, agradezco su infinita misericordia.

Stolas dio media vuelta al sentir sus mejillas arder.

-Sal de aquí, y solo permanece lejos de mi hija.

-Como mi príncipe ordene.

El más alto miró de reojo la puerta al haber escuchado como el imp salía de la habitación.

-¿Mi príncipe? ¿Qué se cree?

Ascaroth se recargó en la pared junto a la puerta de la habitación y se deslizó hasta terminar en el suelo mientras negaba con una sonrisa en los labios. Al parecer su jefe molesto no era muy diferente a él.