XXXII

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Un mes.

Ese era el tiempo transcurrido para la pareja. 

Con el paso de dicho mes, una fecha que Stolas llegó a considerar "especial" estaba justo allí y era simplemente incómodo para él. 

El príncipe talló sus ojos de forma perezosa y miró la hora en su teléfono, medio día. Miró al imp profundamente dormido a su lado mientras abrazaba una almohada y fruncía el ceño, parecía tener una pesadilla.

Lo observó durante un rato, sintiendo como sus preocupaciones se desvanecían poco a poco, pasando a centrar su atención en él. Comenzó a acariciar su cabello con cariño, enredando sus dedos y tirando un poco de él.

Con tan solo esa pequeña sensación Ascaroth abrió los ojos de forma abrupta y tomó con fuerza la muñeca de Stolas, consiguiendo un quejido. Tardó un par de segundos en reaccionar, miró al príncipe y suavizó su agarre al recordar que todo estaba en orden.

- Lo siento.

Besó suavemente la mano del más alto y lo soltó antes de incorporarse en la cama y estirarse, miró a Stolas y pudo percatarse de que lo estaba observando demasiado.

- ¿Qué?

Se miró a sí mismo y solo así pudo recordar que no llevaba puesta una camisa. Tomó una almohada y cubrió el rostro del príncipe mientras reía algo avergonzado.

- Basta, no me mires así.

Stolas soltó una pequeña risa y arrojó la almohada de regreso al imp mientras negaba.

- Déjame mirar lo que quiera.

- Podrás hacerlo después, tengo cosas que hacer.

Ascaroth escuchó al búho quejarse y azotar las manos en la cama en forma de reproche.

- Te veré en el comedor.

- No tardes, estoy hambriento.

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Octavia se encontraba en la habitación de Ascaroth, ya era medio día y no había rastro del imp ni de su padre. ¿Tanto estaban durmiendo?

Bueno, si el imp no estaba en su habitación quizá había salido o tenía algunas cosas que hacer.

Tomó el libro más grueso del imp, el muestrario de pieles; debido a múltiples interrupciones no lo había terminado de leer en todo ese tiempo, aunque le faltaban pocas páginas. Lo abrió justo en la página 200 y miró con atención la piel leyendo la descripción "Porcupine", al parecer era piel de animal.

La acarició, no era muy suave y además eran dos pieles distintas. Había dos tipos de porcupine al parecer.

Se sintió algo atraída por las espinas, acarició una. No punzaban, entonces ¿por qué el libro advertía del peligro de tocarla? Presionó una punta a propósito, soltó un pequeño quejido de dolor al sentir como dicha espina se clavaba en su piel, un poco profundo.

Una gota, solo hizo falta una gota de sangre para que aquel libro soltase un pequeño brillo, el contenido e incluso la forma cambió completamente. Un grimorio.

¿Qué carajo? ¿Todo ese tiempo había estado leyendo un grimorio? Cerró el libro y lo admiró, los bordes eran dorados, era de un color rojo tan pálido que incluso parecía color rosa, en el centro mostraba la silueta de un ave con sombrero y una espada, detrás del ave se encontraba un sello y no había que ser muy observador para percatarse de que era el sello de Halphas. En su lomo había nada más que la silueta de una espada. 

Era un grimorio algo simple y sin embargo muy llamativo, sin duda su detalle favorito era el separador, el cual simulaba ser una pluma roja.

Lo abrió leyendo la primera página. "Para mis preciosos hijos, todo el conocimiento de su padre será para ustedes, su libro de sombras."

¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora