XXV

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- El conde Halphas ha muerto, tenemos evidencia.

Un sobre color negro fue suavemente deslizado por el escritorio de Stella, quien al haber escuchado aquello de inmediato dejó el libro que llevaba en sus manos y miró el sobre de forma sorprendida; no era posible, Halphas, su amado conde ¿muerto? no, no, no.

- Retírate.

En cuanto el imp salió de aquella oficina, la fémina tomó aquel sobre con manos temblorosas; estaba aterrada, nunca había sentido esa clase de temor antes. Al ser abierto, Stella sacó tan solo un par de fotografías, nada más.

En una se mostraba al joven Conde tirado en el suelo con una herida en el pecho, y algunas más en el resto del cuerpo; la segunda era igual, pero con distinto ángulo. Las imágenes como tal no eran tan fuertes, las heridas si bien eran grandes y sangrientas, eran un poco cubiertas por la destrozada ropa y sin embargo solo eso fue suficiente para que la princesa soltara las fotografías mientras llevaba una mano a su boca.

Se levantó y retrocedió un par de pasos mientras negaba y temblaba, no quería aceptarlo, no quería aceptar la realidad, es decir, ¿quién carajos aceptaba el hecho de que el amor de su vida había muerto? Y además estaba mirando el cadáver.

Antes de darse cuenta, sus piernas fallaron y terminó sentada en el suelo, apoyó las manos y mantuvo la mirada baja durante unos segundos, procesando. ¿De verdad Halphas estaba...?

Levantó nuevamente la mirada y alzó un poco el cuello para mirar de nuevo las fotografías, mierda, lo estaba.

Un desgarrador grito escapó de su garganta, y dicho grito finalmente fue lo que desató su llanto, un profundo llanto que no se detuvo en unos cuantos minutos. Agradecía que su estudio aislara todo el sonido, nadie debía verla en ese vulnerable estado.

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Stella caminaba por los pasillos del palacio de su esposo, recién había llegado de la residencia de su hermano y como siempre, nadie la había recibido. Antes por lo menos Ascaroth la recibía.

Ya era la noche y estaba exhausta, no es como si trabajase mucho en la residencia de Andrealphus, era más bien el pequeño viaje lo que terminaba por cansarla. 

Era extraño, no parecía haber nadie además de la servidumbre en el palacio, sí, era un lugar enorme; sin embargo, la mayoría del tiempo Stolas se paseaba por todo el lugar y era habitual topárselo junto al imp.

Logró escuchar el graznido de un cuervo, y siguió el sonido. Se acercó a una ventana que apuntaba al jardín trasero.

Apoyó la mano en el marco de la ventana, lográndose apreciar que ya temblaba de ira. Había un comedor con todo un ambiente alrededor, luces artificiales en los árboles cercanos, porta velas en la mesa, y al parecer Stolas cenaba junto a su hija y Ascaroth; lucían bastante contentos, ya que reían con alegría y parecían bromear entre sí.

¿Qué? ¿Sentarse a beber una taza de té junto a ella era inapropiado, pero podía perfectamente cenar con su esposo e hija? No estaba contenta, la escena no le gustaba para nada.

- ¿Te gusta ese malnacido?

La ira que Halphas le expresó en ese momento no tenía igual, ¿por qué? ¿Por qué no podía ser ella? ¿Por qué? Ella lo esperó, fue la única Goetia que lloró su muerte, lo amaba, estaba prácticamente obsesionada. ¿Y así le pagaba? ¿Por qué? ¿Acaso era insuficiente? ¿Aún con todo el esfuerzo por ser perfecta no era suficiente? ¿Qué era lo que le disgustaba de ella? Podía cambiarlo si tan solo él lo pedía, ¿se había enamorado tan fácil de Stolas? No, Halphas no era un tipo así de sentimental... pero ¿qué era, entonces?

No lo perdonaría, claro que no. Ella no era cualquier cosa, y Halphas no iba a enamorarla así para después terminar con Stolas, si no iba a estar con ella entonces no tenía por qué estar con alguien más.

Dio media vuelta dirigiéndose a su estudio mientras limpiaba de forma algo brusca las lágrimas que bajaban con cada vez mayor frecuencia.

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- No me importa cómo, la información que te di será suficiente. Los quiero a ambos muertos. ¡Sí! No importa, te pagaré el doble. 

Stella colgó el teléfono antes de suspirar pesadamente y negar con la cabeza mientras llevaba las manos a su rostro. ¿Se arrepentiría? Quizá, pero ese no era el momento para pensar en ello.



¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)Where stories live. Discover now