XIX

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-Entonces... ¿ahora mataremos a Stolas?

Ascaroth miraba a Stella quien se encontraba sentada en el escritorio de brazos cruzados mientras miraba al suelo, asintió con la cabeza respondiendo en silencio la pregunta del imp.

-¿Y cómo funcionará eso? ¿Voy a distraerme o algo así? 

-Eso debes arreglarlo tú, no yo. Solo debe parecer negligencia tuya.

-Negligencia, bien. Viniendo de mí será la mierda más sospechosa, pero está bien.

-Tranquilo, yo me encargaré de todo.

El imp no respondió más y se limitó a obedecer al mirar como la princesa le hacía una seña para que se acercase. Se sobresaltó al ver como esta le aflojaba la corbata y la subía un poco, apretando de forma que podría usarla como correa.

-Esto... ¿podría solo no hacer eso?

-¿Por qué? 

Stella dio un fuerte tirón a la corbata mientras separaba las piernas, de forma que sus cuerpos estuviesen más cerca, sonrió y apoyó la otra mano en uno de los hombros de Ascaroth mientras que este por reflejo apoyó las manos al filo del escritorio.

El imp trató de alejarse un poco provocando nada más que asfixiarse a sí mismo con su propia corbata. Sintió un escalofrío recorrerlo con las suaves caricias de la princesa las cuales terminaron en su mejilla, donde la mujer colocó su mano antes de pasar el pulgar por aquella cicatriz. Cerró los ojos fuertemente mientras cesaba sus intentos de alejarse, no quería sentir aquella sofocante sensación.

-Ahora mismo soy un imp, Stella. No querrías hacer esto.

-Eso es lo que menos importa justo ahora.

Ascaroth supo que ya no tenía escapatoria al sentir su corbata apretar un poco más mientras la mano de Stella viajaba hasta su nuca y lentamente sus alientos se entremezclaban.

-¿Ahora te haces el tímido?

No quería responder, pero no tenía opciones.

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El imp se miraba en el espejo de su habitación con el ceño fruncido. Mierda, en su cuello había una larga marca morada producto de haber sido ahorcado.

Maquillaje, necesitaba cubrir eso antes de que Stolas llegase. No, era terrible maquillando y si lo intentaba solo iba a ser más sospechoso.

Miró su mano derecha, donde no llevaba guante; En ese momento no sabía si odiaba más a Andrealphus o a Stella, vaya que obligarlo a hacer algo así... Menuda mierda.

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Lo último que vio fue a Stolas recitando algunas cosas de su grimorio (seguramente), su círculo de invocación y el cómo desaparecía.

No tenía idea de a donde había ido, ni siquiera llevó su teléfono. Solo... se esfumó.

Si quería tiempo a solas pudo pedirlo y perfectamente iba a concederlo, bueno, a medias.

A ese punto iba a morir de la preocupación si su jefe no aparecía, ya habían pasado horas y si bien había enviado cuervos a buscarlo no lo encontraban. Además, si había usado su círculo de invocación lo más seguro es que haya ido al mundo humano y eso lo dejaba peor, ¿y si algún miserable ser lo había herido?

Carajo, debía ponerle algún rastreador para saber dónde estaba siempre, si realmente estaba en el mundo humano entonces le sería imposible encontrarlo. No solo porque fuese enorme, sino porque había tantos demonios ahí que la presencia de Stolas se camuflaba perfectamente.

Miró el anochecer mientras mordía una de sus uñas, ya se había arrancado cuatro y solo quedaba esa, no controlaba muy bien el dolor que podría infringirse a sí mismo cuando algo lo ponía ansioso. Stolas lo ponía así.

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Ascaroth sacó el móvil de su bolsillo, en ese momento no importaba la lluvia, ni la sangre seca en sus manos y en el pasto. Mucho menos el constante dolor en sus dedos producto de aquellas agresivas gotas golpeando fuertemente sus heridas donde anteriormente estaban sus uñas, mucho menos el incesante dolor de tocar aquella pantalla y el como aquellas heridas sangraban de nuevo por la presión ejercida. Él estaba ahí, de pie a la enorme entrada del palacio esperando al príncipe.

No importaba si simplemente aparecía dentro, incluso si tenía esa certeza no podía permanecer en el palacio, sentía que se asfixiaba en un lugar así de grande.

-¿Aló?

No tenía aquel número telefónico en su lista de contactos y eso lo irritaba, no tenía tiempo que perder en llamadas estúpidas de algún desconocido.

-¿Ascaroth?

Casi cae al suelo por la impresión de escuchar la cansada voz de Stolas del otro lado de la línea.

-¡Alteza! ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien? Iré a buscarlo, ¿necesita algo? ¿algo le duele? ¿necesitaré matar a alguien?

Escuchó una corta risa del príncipe que lo hizo suspirar al notar que al parecer no corría peligro.

-No sucede nada, tranquilo. Estoy con mi querido Blitzy así que no hace falta que vengas a buscarme, voy a llegar en unas horas... ¿Ascaroth?

El imp no respondió. Literalmente se había arrancado las uñas gracias a la preocupación... ¿y Stolas estaba con su amante? ¡Pero que puta basura de días!

-Entiendo.

En cuanto finalizó la llamada apretó el móvil con tanta fuerza que no solo consiguió herirse la mano, si no también lo rompió. Quizás no tenía por qué enojarse, claro que no.

Pero estaba molesto, de haber sido así pudo haber llamado horas antes. Quizá antes del puto amanecer, porque claro que se iba a preocupar luego de haber estado toda la noche esperando por el príncipe.

¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)Where stories live. Discover now