¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)

Epílogo

Unos cansados pasos resonaban por la mansión del marqués, dichos pasos se dirigían a la habitación de su hermana; Stella.

La puerta fue tocada un par de veces y en cuanto escuchó una respuesta afirmativa, entró en aquella alcoba.

Stella miró a Striker entrar a la habitación y cerrar con seguro detrás suya, mientras en una de sus manos llevaba una maleta.

- ¡¿Qué mierda estabas pensando al venir aquí?!

El imp suspiró con pesadez antes de negar.

- Su hermano estaba enterado de todo y me permitió entrar en secreto. No se altere.

Tras un momento de silencio en el que la fémina se dedicó a respirar profundamente para calmarse, habló con un tono de voz más neutral.

- ¿Y bien?

- Supuse que no me creería si no lo miraba con sus propios ojos.

Stella sintió unas profundas nauseas invadirla, por lo que de forma instintiva llevó ambas manos a su pico buscando ocultarse al haber observado como Striker abría tranquilamente la maleta y de ella sacaba una cabeza; la cabeza de Halphas.

- No pude asesinar a su esposo, este malnacido consiguió que escapase. Se enteraron de la muerte del conde y ahora buscan al responsable, me tomará más tiempo lidiar con Stolas.

- ¡Guarda eso!

- No me sirve de nada.

Como si fuese cualquier cosa, el imp arrojó la cabeza a la cama de la fémina, consiguiendo mancharla con sangre fresca.

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"La muerte no será más que un dulce regalo comparado a lo que haré contigo. Me vas a suplicar que te asesine, y no te lo concederé, no soy tan amable."

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Stolas recién cruzaba un portal, miró un poco la oficina de I.M.P y tomó asiento en un sofá mientras se cruzaba de piernas y colocaba sus manos en su regazo, dejando brillar aquel anillo que le fue obsequiado en algún momento.

- No ha pasado ni un año y ya estás con alguien más. ¿Acaso sentías algo?

El príncipe miró a Blitzo sentarse a su lado mientras su mirada permanecía en algún otro punto que no fuese el búho. Soltó una corta risa mientras negaba con la cabeza y volvía a mirar al frente.

- No lo sé. Quizá solo era un fuerte deseo sexual, como llegó a ser contigo alguna vez.

- Pero -

Su "conversación" fue interrumpida por la voz de una fémina, al instante Stolas miró a la dueña de dicha voz. Una imp jodidamente alta con un cabello negro el cual estaba atado en una coleta. 

- ¡Querido!

- Jynneth.

En cuanto el príncipe se levantó, aquella fémina saltó justo a sus brazos consiguiendo ser cargada y besada en la mejilla por el contrario, rodeó su cuello con sus brazos e hizo un puchero.

- ¿Qué sucede, querida?

- ¡Una perra estúpida rompió mi uña tratando de evitar ser asesinada!

- ¿Dolió?

- No, pero es una de las uñas que pagó mi cariño, ¿no debería estar triste?

- Puedo pagar otras.