¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)

XXIV

- Es precioso. Oh, solo miren estas hermosas líneas blancas, finas, gruesas. Tan... apetecibles, ese color rojo tan perfecto, ese grosor tan perfecto. 

- No sabía que eras amante de los filetes.

Ascaroth miró a Octavia antes de soltar una pequeña risa; se encontraban en la cocina, se supone que debía enseñar a la menor a preparar un filete perfecto y sin embargo ahí estaba, admirando la "belleza" (sin sentido, para la joven) de un filete perfecto.

- No se limita a los filetes, admiro la belleza y sabor de la comida en general.

- ¿Está bien? Supongo.

La menor no sabía exactamente que decir o cómo reaccionar a ello, ¿admirar algo tan simple como la comida? Era algo raro.

- En fin, ya sabe cómo funcionan mis clases.

- Tú observas, yo trabajo.

- Exactamente. ¿Manos limpias?

- Listo.

- ¿Guantes?

- Listos.

El imp miró las manos de Octavia antes de asentir con la cabeza en señal de aprobación.

- Tiene todas sus herramientas en la barra. Ahora, ¿tiene algún sabor en mente?

- Busco algo sencillo, no estoy segura de sí a mi papá le gustan los sabores intensos.

- Siendo ese el caso, puede solo untar un poco de mostaza en el filete.

- ¿Mostaza?

- ¿Quién es el profesor aquí?

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Stolas se encontraba recostado en su cama mientras daba un repaso minucioso a su Grimorio, si bien lo conocía de memoria, debía marcar lo siguiente que le enseñaría a su pequeña, no podían ser cosas demasiado complejas, pero no podía seguir en lo básico.

Realmente Ascaroth había conseguido mejorar su estado de ánimo, si bien no estaba completamente feliz, al menos podía seguir con su rutina sin problemas; Sinceramente no recordaba lo ocurrido en la terraza, pero al parecer había sido bueno.

Fue capaz de sentir una presencia en el balcón, seguido de un golpe seco y un quejido. Reconoció perfectamente que ocurría, Blitzø era justo lo que ocurría.

- Ugh, con una mierda. Odio entrar por aquí.

El Goetia permaneció en silencio, no contaba con el ánimo suficiente como para hablar con él, así que lo miraría hasta que no tuviese más opciones.

Blitzø se adentró en la recámara mientras sacudía un poco su ropa, sonrió con coquetería al ver al príncipe recostado con justo lo que buscaba, el tan apreciado Grimorio.

- Veo que estabas esperando.

Stolas observó como el imp comenzaba a desabotonar su ropa mientras se acercaba a la cama. No tenía ganas de nada sexual, ni siquiera tenía ganas de mirarlo; sin embargo, su cuerpo lo traicionó, sintió su pulso acelerarse y un enorme rubor cubrir una parte de su rostro.

- No, Blitzø, no estaba esperando.

- ¿Hoy serás difícil, ah? Muy bien, puedo con ello.

El imp subió a la cama, tomó con cuidado el libro en las manos del príncipe y lo dejó caer al suelo. Mordió su labio inferior mientras se incorporaba sobre el más alto, honestamente, verlo con la bata así de abierta de una forma en la que mostraba tanto y al mismo tiempo nada. Oh, era verdaderamente excitante mirarlo.