XXIX

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Stolas despertó y se incorporó antes de mirar a su alrededor. ¿Suave? ¿No seguía con Ascaroth? No, para empezar, ¿en qué momento se quedó dormido?

Al parecer se encontraba su habitación, ¿en qué momento había llegado ahí? ¿qué hora era? Buscó en la cama y un poco alrededor logrando encontrar su teléfono, lo encendió y miró la hora; cuatro de la mañana, era demasiado temprano.

Talló sus ojos mientras se estiraba, sentía como si hubiese descansado durante años enteros, ¿en serio estaba tan cansado? No lo había notado antes. Su estómago rugió, normal si tomaba en cuenta el hecho de que había dormido en la tarde y no había cenado nada.

Minutos después se encontraba camino a la cocina usando su cómoda y habitual bata roja, al haberse acercado lo suficiente pudo percibir un aroma a tabaco acompañado de un sepulcral silencio. Se asomó y alcanzó a divisar como Ascaroth se encontraba recargado en una pared junto a una ventana con un cigarrillo en la mano derecha y una taza de café en la mano izquierda.

Stolas observó durante unos segundos como miraba por la ventana luciendo... melancólico. 

- ¿Qué hace despierto tan temprano? Además, espiando.

El príncipe se sobresaltó antes de suspirar y entrar a la cocina sin apartar la mirada del imp en ningún segundo.

- Buen día para ti también, Ascaroth.

Miró al imp reír un poco antes de negar y apagar el cigarrillo para después tirarlo por la ventana.

- ¿En qué momento me dormí?

- No estoy seguro, en cuanto desperté lo miré dormido.

El imp dejó su taza de café en la barra de la cocina mientras comenzaba a preparar otra para el príncipe. Stolas miró la taza en la barra y la tomó, dio un pequeño sorbo y levantó una ceja algo sorprendido.

A pesar de ser un café negro, era dulce. Más de lo que pudo haber imaginado, esperaba un café amargo; estaba delicioso, era la mezcla perfecta, dulce pero esa misma azúcar realzaba el sabor amargo de aquella deliciosa bebida.

Ascaroth miró a Stolas tomar su café antes de soltar una corta risa.

- ¿Sabe bien?

- Está delicioso, tienes buen gusto.

El imp miró al príncipe de pies a cabeza mientras su sonrisa pasaba a ser coqueta.

- Vaya que sí.

Stolas no fue capaz de entender la indirecta gracias a lo concentrado que estaba en apreciar el sabor de ese café.

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- ¿Entonces ya no puede dormir?

El más alto negó con la cabeza mientras suspiraba, estaba justo terminando su desayuno, y eran apenas las cinco treinta de la mañana.

El imp pareció pensar un poco antes de chasquear los dedos, señal de que estaba teniendo una idea la cual consideraba "buena".

- Sígame.

Stolas asintió y comenzó a seguir al imp en cuanto lo miró dar media vuelta y caminar directo a la salida del comedor.

- ¿A dónde vamos, Ascaroth?

- Ya verá.

En cosa de unos pocos minutos, se encontraban de pie frente a la habitación del imp; el búho lo miró mientras sonreía con diversión.

- ¿Es una especie de insinuación?

- Puede ser, espere aquí un segundo.

El príncipe asintió mientras lo miraba entrar y cerrar detrás suya; escuchó el sonido de cosas siendo tiradas y deslizadas. ¿Qué diablos estaba haciendo? Pocos segundos después lo miró abrir de nuevo y señalarle dentro, logrando apreciar un portal y el hecho de que el imp llevaba una apariencia humana.

¿Goetia? (Stolas Goetia) (Helluva Boss)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora