Capítulo 5: Guía

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Una figura caminaba a trompicones por el bosque de Norüem. Avanzaba varios pasos y se tropezaba, y tenía que apoyarse en un tronco. Luego volvía a caminar, pero las piernas le fallaban de nuevo y se sentaba en una piedra a descansar unos minutos. Después, reanudaba la marcha y se iba tambaleándose entre la vegetación, instando a sus piernas a moverse, pues no tardarían en notar su ausencia, y para entonces debería estar lejos, muy lejos...

La figura siguió caminando un rato, deteniéndose varias veces y tropezando otras tantas. Parecía que no podía sostenerse bien en pie. Tras andar un rato más, llegó a una zona del bosque que parecía habitada, ya que la vegetación no era tan espesa y la nieve contenía diversas huellas. También se oía un ruido, algo lejano, como el rumor de un pueblo tranquilo. Si hubiese estado cuerda, la figura habría pensado que se encontraba cerca de Florbela; como no lo estaba, apenas si oyó un poco de ruido a lo lejos.

Anduvo un poco más. Y se topó con un caminito despejado entre la espesa capa de nieve blanca y fría. Lo siguió, y llegó a un claro...

⚜⚜⚜

- ¡Niños, a cenar!- llamó Lirisa a sus hijos, acabando de poner la mesa en el comedor.

El único que acudió a la llamada fue Swend, que esperaba recibir la zanahoria que Lirisa tenía en el bolsillo de su delantal.

- Vaya, Swend, al final resulta que tú eres el más obediente de todos. Anda, ten la cena- le dijo Lirisa al cervatillo, y le ofreció la zanahoria. Swend la cogió con la boca y la dejó en el suelo para comérsela mejor.

Poco a poco fueron apareciendo todos, y se fueron sentando alrededor de la mesa. En la chimenea ardía un cálido fuego.

Estaban a punto de empezar a cenar (aquella noche tenían sopa de pollo y patatas al fuego) cuando unos golpes en la puerta les desconcertaron. Luego, oyeron una voz.

- ¿Hola, hay Nurututututuam ahí?- preguntó una voz femenina entre balbuceos.

Todos se miraron extrañados y Ocalipt aprovechó para volcar su cuenco de sopa sobre la alfombra. Lo que acababan de oír no tenía ningún sentido.

Lirisa se levantó de la silla y abrió la puerta, con la curiosidad carcomiéndola por dentro. Y se encontró con una joven.

Era morena, de pelo negro adornado con joyas y entrelazado con hilos de plata y oro. Llevaba una especie de tiara sobre la cabeza, como si fuera una princesa. Vestía ropas caras, de telas extrañamente livianas de color azul celeste, con un cinturón de monedas de oro ciertamente precioso. Pero todo aquel conjunto se estropeaba al ver su postura y su cara, que daban a entender que estaba borracha, o algo parecido.

- Hola, ¿quién sois?- preguntó Lirisa al verla.

- Shiala la Bella, no, Klatia la fea...no...no...urhg...- pudo decir la joven, y cayó al suelo, desmayada.

Lirisa soltó un pequeño grito al verla caer. Rápidamente, regresó al comedor y les pidió ayuda a sus hijos para que le ayudaran a transportar a aquella joven con pinta de persona importante hasta el sofá.

Una vez allí, Lirisa le puso el termómetro y comprobó que tenía muchísima fiebre. Entonces, Tonk habló:

- Quizá haya tomado demasiada poción de algún tipo. Si uno se somete a ciertas pócimas y las toma demasiado, puede llegar a este estado.

- La magia, que siempre acaba mal- gruñó Hermegilda.

Entonces dejaron a Tonk que la examinara. Le tomó el pulso, miró en varios libros, comentó cosas con Ruz, y ella examinó a la muchacha mientras su novio rebuscaba algo en un libro. Tras un rato, Tonk llegó a una conclusión.

La Llamada del Bosqueحيث تعيش القصص. اكتشف الآن