9.Tiempo en blanco

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Londres, Inglaterra

10:40 PM

8 de mayo del 2021

Había pasado dos semanas y no tenían nada, y cuando decían nada, se referían a no tenían ni siquiera el mínimo avancé.

¿Cómo empiezas a buscar a un fantasma?

La cantidad de médicos que había en el país era ridícula, obviamente no podrían entrevistarlos a todos y cada uno.

Habían reducido la búsqueda a hombres entre 20 a 30 años, caucásicos y que tuvieran un historial criminal con anterioridad; desde una multa, alguna falta médica, o delitos menores.

No importaba que, en ese momento se aferrarían a lo que fuera.

Por el otro lado no solo tenían que considerar a los médicos, sino, a cualquier persona que pudiera tener los conocimientos suficientes para realizar ese tipo de procedimientos; forenses, enfermeros, personas que trabajaban en alguna morgue, a este punto podrían considerar hasta a los veterinarios.

Tampoco ayudaba el que no existiera ADN ni huellas, y aunque las tuvieran, siempre existía la posibilidad de que el ignoto no tuviera registros criminales y no se encontrarán coincidencias en el sistema.

Así que sí ... Harry estaba estresado.

Pero eso no era lo que más preocupaba al detective de ojos verdes como el jade, no.

Era -irónicamente- la falta de más cuerpos lo que lo hacía.

No es que deseara ver alguna otra chica muerta y torturada hasta a los huesos, pero está falta de actividad no podía ser normal. El asesino había mantenido un ritmo constante con cada asesinato y ahora había un gran espacio en blanco en ese específico itinerario, y a Harry le molestaba. Algo en su instinto le decía que había algo raro.

Y es que era que el instinto de Harry pocas veces fallaba.

Usualmente la falta de actividad en un caso así puede llegar a significar tres cosas; la primera es que el asesino fue arrestado por algún otro crimen menor. La segunda, el asesino había muerto u/o había sufrido un accidente debido a una causa externa a sus crímenes. Y la tercera, y la que más asustaba a Harry, era que el asesino hubiera decidido cambiar de lugar para sus sádicos juegos.

La gente así no deja de matar por decisión propia, algo tiene que pararlos.

A Harry le asustaba por qué de ser así, de no haber más actividad en el caso, con el tiempo este se iría enfriando. Hasta que solo fuera una macabra historia que las personas contarían con los años, un gran misterio sobre que le pasó al maniaco que calificaba a las pobres chicas que mataba con el cual las personas se entretendrían al escuchar, tal como pasaba con el destripador o con el asesino del zodiaco.

Todas esas chicas, quince cuerpos, quince muertes que corrían el riesgo de quedarse sin justicia.

Eso era lo que a Harry no le dejaba dormir esta noche, y ninguna de las anteriores. Por más que diera vueltas en la cama nunca lograba conciliar el sueño, y no lo lograría hasta que hallará al responsable de todas esas muertes y sufrimiento.

No sabía si era la falta de sueño o que se estaba volviendo loco, como otros tantos detectives que caían en la locura al no poder cerrar un caso correctamente, pero Harry podía jurar que escuchaba las voces de las chicas clamando por su ayuda. Tal vez era un poco de las dos.

No le quedó más que cerrar los ojos y esperar que el cansancio lo venciera.

°°°

Cuando Harry se levantó esa mañana sintió sus ojos pesados y su motivación para levantarse de la cama escapando poco a poco de su cuerpo.

until we meet death Donde viven las historias. Descúbrelo ahora