until we meet death

22. Intruso

Londres, Inglaterra.

9:15 PM

20 de junio de 2021

—Vamos, pequeño — logro decir Harry entre besos — tienes que ir por esos expedientes. No podemos quedarnos aquí más de lo necesario.

—Esto es absolutamente necesario, detective Styles — susurró Louis sobre los labios del detective, tomando lentamente su corbata y jalándolo más hacía a él.

La cosa era así, desde que habían dejado a Alison y habían llegado al edificio de Louis para buscar los expedientes que el médico necesitaba ... Había sido natural que comenzarán a besarse desde el elevador hasta a la puerta del apartamento.

En consecuencia, Louis se encontraba guiando a Harry con dirección a su habitación.

Los dos trataban de caminar entre besos, tocándose mutuamente y tratando de separarse lo menos posible. Chocaron con algunas cosas en el pasillo, otras veces alguno de los dos termino siendo azotado en la pared, Louis ya no recordaba como es que habían llegado a esta situación en primer lugar. Recordaba alguna insinuación en el auto, pero nada más.

—Vamos, Harry, te necesito — insistió el cardiólogo, haciendo a Harry gruñir.

El detective decidió que sería más fácil si simplemente tomaba a Louis por los muslos y lo hacía enredar sus piernas en su cintura, así que lo hizo. Louis se aferró a él como un koala, un muy necesitado koala, presionando besos por todo el cuello de Harry y asegurándose de dejar un chupetón en su mandíbula.

—¿Me estás marcando, pequeño codicioso? — gruño Harry en su oído.

—si, ¿Tiene algún problema, detective Styles? — contestó Louis, gimiendo suavemente en el oído de Harry para provocarlo.

Harry no contesto, se apresuró a llevar a Louis a su habitación. Tirándolo en la cama en cuanto llegaron.

La realidad es que Louis sabía que Harry no tenía ningún problema con las marcas, le encantaban. Le encantaba ver el cuerpo de Louis lleno de marcas posesivas y de propiedad; los moretones y los chupetones solo demostraban cuan suyo era Louis.

Y a Louis le encantaba cargarlos.

Pero tampoco le importaba hacerlos, después de todo, la pertenencia era mutua.

Él le pertenecía tanto a Harry como Harry le pertenecía a él.

Louis arqueó su espalda gimiendo cuando sintió como la mano de Harry se escabullía entre sus pantalones y comenzaba a tentarlo.

—Quítamelos— pidió Louis desesperado.

Harry se rio sobre el cuello de Louis, sacando su mano y obedeciendo; quitando toda la ropa de Louis de una sola vez y dejándolo expuesto ante él. Louis no iba a fingir que no le sorprendía, normalmente tenía que rogar un poco más.

—Sabes que me gusta jugar un poco contigo — dijo Harry como si hubiera podido adivinar los pensamientos del médico. Probablemente lo hizo al conocerlo tan bien — pero hoy no tenemos mucho tiempo, pequeño.

—Aburrido — se burló Louis, intentando ignorar las caricias de Harry por todo su cuerpo — ¿Desde cuándo eres tan rápido? ¿Hmm?— provocó incluso soltando un fingido bostezo.

—¿Desde cuándo eres tan malcriado? — contraatacó Harry, todavía tranquilo y más concentrado en admirar el cuerpo frente el que a ceder a las provocaciones.

—No soy malcriado, sé lo que quiero — dijo Louis mientras tomaba la cara de Harry en sus manos, alejándolo de su pecho y atrayéndolo para un beso — y en estos momentos... Te quiero a ti. No es un pecado.