14. Dualidad

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Londres, Inglaterra.

6:00 PM

12 de junio del 2021.

Había pasado un mes desde lo acontecido en el hospital. Y Louis no iba a mentir, seguía soñando con eso.

Estaba empezando a aceptar que las dos chicas estarían siempre en su mente, sin importar lo que hiciera.

El tiempo no lo hacía más fácil.

Sumándole la constante ansiedad que le daba el quedarse solo, aunque no es que lo hiciera demasiado. Desde aquella noche fue como si Harry se hubiera casi mudado al apartamento del médico; pasando más tiempo ahí que en el suyo propio.

Louis estaba comenzando a acostumbrarse a hacer todo para dos personas; el desayuno, él cuántos platos ponía en la mesa, servir café. Acostumbrase a ver ciertas carpetas del detective sobre la mesa, o ver la manta con la que Harry siempre se tapaba sobre el sillón.

Harry se estaba volviendo su rutina.

Inevitablemente Louis se permitió caer por él. No lo admitía del todo, pero sabía que se estaba enamorando del detective. Si no es que ya lo estaba.

No es que pensara decirle sus sentimientos a Harry. Pensaba guardarlos y reprimirlos lo más que pudiera, al final, bastaba solo con ser amigos para ya haber pasado la línea de lo ético.

—¡Llegue!— Grito Harry.

Louis pudo escuchar a Harry moverse por la sala. Dejando todas sus pertenencias en los lugares que ya acostumbraba.

—¡En la cocina!—Respondió Louis — pensé que tendrías hambre, así que ...¡Hot cakes! —agrega cuando por el rabillo del ojo puede ver a Harry observándolo.

—Louis... yo te lo agradezco... Pero — dice Harry. Con una mueca de incomodidad en el rostro, y como es costumbre se pasa la mano por el cabello.— No puedo. Necesito hacer algo y es realmente importante. Solo quería pasar y asegurarme de que todo estuviera bien.

—Pero acabas de llegar a c... Louis se detuvo a sí mismo antes de que la palabra casa se escapara de sus labios.

Apaga la estufa y voltea directamente hacía a Harry, quién se siente obviamente culpable. Tiene la cabeza gacha y los brazos cruzados, parado como si fuera un niño castigado en una esquina.

Parece no haberse dado cuenta de desliz de Louis.

—Lo sé, lo siento — se disculpa Harry — pero Alison me está esperando. No tardaré, lo prometo.

Eso era otra cosa; Por más comunicación y confianza que habían desarrollado entre los dos, Louis no se atrevía a preguntar quién era Alison. Se moría por saber, si, pero tenía miedo a la respuesta.

—Está bien, Hazz. Ve — Lo tranquiliza — Más para mí — se encoge de hombros, Tratando de quitarle importancia al asunto y así hacer sentir mejor al detective.

Tampoco es que fuera su trabajo quedarse a cenar y a ver una serie con Louis. Él estaba ahí para cuidarlo y por qué era su trabajo.

Solo que a Louis le dolía aceptarlo.

—Ni siquiera lo pienses — reclama Harry mientras se acerca a él — tendrás que guardarme unos cuantos, Tomlinson.

Harry lo toma lentamente de la cintura y lo acerca más a él para darle un beso en la mejilla a forma de despedida. Lo que Louis siente no pueden ser solo mariposas, tiene que ser todo un circo dentro de su estómago.

Los dos sonríen, Harry se ve hipnotizado por las pequeñas arrugas al rededor de los ojos de Louis, y Louis por los hermosos hoyuelos del detective.

—Hecho — es lo único que responde por qué es lo único que su cerebro se ve capaz de formular sin que le tiemble la voz.

until we meet death Where stories live. Discover now