27. Los secretos del díablo

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Londres, Inglaterra.

12:00 AM

26 de junio de 2021

Ver a Harry tirado en el piso y con sangre en la mano proveniente de la herida que estaba presionando, probablemente sería uno de los mayores sustos en la vida de Louis.

Por otro lado, había otro cuerpo en el piso cuya mancha de sangre comenzaba a incrementar rápidamente. No es que a Louis le importará demasiado, más bien, no le importaba para nada.

Que se desangrara.

Zayn soltó su agarre y Louis pudo acercarse al detective de ojos verdes, quien mantenía una mueca de dolor por toda la cara.

—¡Dios, Harry! — le gritó. Ayudándolo a incorporarse con cuidado y sosteniéndole la cara con ambas manos para hacer que lo mirara a los ojos — ¿Estás bien? Dios, claro que no, ¡Te disparó!

Harry acentuó su mueca de dolor cuando Louis lo sacudió sin cuidado por los hombros.

—Louis— dijo Harry para detener al alarmado médico.

—¡Lo siento, lo siento! — se disculpó — Déjame ver.

—Solamente es mi hombro — simplificó el detective — Ve a verlo a él. — señalo con la cabeza en dirección a Frank.

Zayn se acercó para ayudar con el peso de Harry. Lo tomo por los hombros con la ayuda de Louis, ignorando el grito de dolor del detective, y lo recargaron en la pared.

—¿A él? ¿Qué se supone que le voy a ver? — susurro Louis

—Tiene un disparo, Louis — obvio Harry. Tomando la mano de Louis y apretándola para suavizar al médico —No puede morir así, no todavía.

—¡Bien por él! — Harry no respondió, solo le regaló a Louis una mirada de perrito a modo de súplica — pero- ... Esto no puede ser posible.

Al final Louis termino levantándose y caminando hacia al agonizante hombre en el piso. Nunca en su carrera se había sentido así. Se sentía casi cruel y despiadado el que quisiera dejar morir al hombre.

¿Lo peor? Lo peor era que no le importaba, que no le importará.

Se suponía que él debía ayudar a las personas sin importar qué. Se suponía que él no era juez ni verdugo cuando debía de ver por la salud de una persona. Que todos merecían ser tratados y ayudados por el personal de salud. Pero se sentía ... Mal, se sentía mal el saber que estaba a punto de hacer todo lo posible para que ese monstruo siguiera respirando, aun cuando ese mismo monstruo había acabado con la vida de tantas personas y se había alimentado de su dolor.

Se agachó junto a Frank, quien (lamentablemente) no estaba muerto. Su respiración era agitada y su cara cada vez se ponía más pálida por la constante perdida de sangre. El periodista tenía una herida de bala un poco más abajo de las clavículas, no lo suficientemente cerca del corazón para matarlo instantáneamente, sin embargo.

Louis respiró profundamente y soltó un largo suspiro antes de presionar sus manos contra la herida, haciendo presión. Trato de ignorar lo mejor posible la mirada brillante que Frank se empeñaba en no apartar de él.

—No cierres los ojos — ordenó de forma ruda cuando Frank dejó caer la cabeza y comenzaba a notarse somnoliento. —No te atrevas a morir por qué no te daré respiración de boca a boca ni nada— gruño Louis

—Estás aquí — Frank apenas y podía hablar con las pocas fuerzas que le quedaban — estás aquí conmigo, y no con él.

—Si estoy aquí es por qué él me lo pidió — cortó Louis de manera apresurada. — No hables.

until we meet death Where stories live. Discover now