Capitulo 5

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Sentí unos brazos levantarme y sacarme de allí.

—Chiara, ¿logras escucharme? —escuche su voz.

Luche por abrir mis ojos, la figura de Alessandro se hizo visible, parecía asustado caminando a pasos rápidos a la salida de la casa.

—Voy a llevarte a una clínica, solo mantente despierta —me pidió.

—No me dejes sola, tengo miedo —respondí en apenas hipidos.

—No voy a dejarla sola, confía en mí.

Alessandro subió junto a mí al auto, le pidió a su chófer que nos llevara rápidamente a una clínica cercana. No me dijo nada por el camino, pero sostuvo mis manos en las suyas cuando estaba temblando del miedo sobre su cuerpo.

—Todo va a estar bien.

—¿Y si no lo está?

—Deja de ser pesimista —replico en respuesta—. Tal vez solo se trate de un susto, tu tranquila.

Apreté con fuerza mis parpados y me aferre a él sin soltarme, tenía miedo. Quizás el bebé odiaba la idea de que hubiera firmado ese papel y esta era una señal, o yo ya había enloquecido.

—Voy a llevarte cargada Chiara, no creo que sea bueno que estés de pie —me dijo una vez llegamos a la clínica.

Alessandro me cargo hasta el interior de esta en donde dos enfermeras me recibieron.

—Señor Marchetti bienvenido —les escuche decirle.

—Necesito al doctor Giuliani con urgencia, ella necesita atención médica urgente —pidió asustado.

—Por favor siga por aquí, rápido. La llevaremos en una camilla.

Él obedeció y a los segundos me subieron a una camilla, me condujeron por un extenso pasillo, lo único que podía ver eran las lámparas en el techo, sentí la mano de Alessandro unida a la mía sin despegarse ni un segundo.

—Señor Marchetti, una sorpresa tenerlo aquí, ¿qué sucede? —escuche la voz masculina de otro hombre.

—Se trata de ella, su nombre es Chiara, está embarazada, la he encontrado desmayada en el baño. Le pido que pueda revisarla doctor Giuliani.

—Claro que lo haremos solo cálmese, la conduciré rápido a mi sala de urgencias, pero usted deberá quedarse aquí.

—Soy el padre del bebé, no puedo quedarme afuera sin saber su estado.

—Son normas de la clínica señor Marchetti.

—Haga una excepción a esa norma hoy.

El médico se quedó en silencio y después accedió a que Alessandro me acompañara.

—Hare una excepción solo porque lo noto bastante alterado por la situación de su esposa.

—¿Escuchaste Chiara no voy a dejarte sola? Tú quédate calmada —me dijo él.

Me llevaron a una sala grande en la que ahora estaba más despierta, el médico me realizo algunos exámenes, me tomo los signos vitales, y después envió a realizar una ecografía para comprobar el estado del bebé.

Cerré los ojos, no me atreví a ver la imagen en la pantalla del monitor. Tenía miedo, mucho.

—Está muy bien, tiene un buen tamaño para las semanas de gestación —dijo el médico—. ¿Quiere ver a su bebé señora Marchetti? —pregunto después.

Negué.

—Ella está un poco asustada, es todo —contesto Alessandro.

No quería ver al bebé, me sentía demasiado culpable por haber firmado aquel papel, le había dado la espalda.

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