Capitulo 30

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Esperé lo peor de aquello, Alessandro había escuchado toda aquella conversación, y tuve miedo de que una vez más reaccionara de una forma violenta con Leandro. Se acercó hasta su hermano y se quedó a una distancia prudente de él mientras lo veía luchar por contenerse.

—Quiero que te vayas de mi casa ahora Leandro —dijo seriamente.

Leandro tomo a la botella de whisky en sus manos y se pegó a él.

—Entenderé si estás enojado Alessandro, yo no quiero que tu malinterpretes...

—He dicho que te vayas de mi casa —gruño entre dientes—. Vete ahora o te juro que no seré responsable de mis acciones.

—Alessandro no hagas nada —le pedí.

Leandro esbozo una sonrisa ante lo que había dicho su hermano.

—Tranquila Chiara, me iré. Eres una buena mujer, demasiado buena para cualquiera. Incluyéndote —se dirigió a Alessandro y después de aquello se marchó de la casa.

Alessandro permaneció sin decir nada, le temía más a su silencio que a sus palabras.

—Aless...

—¿Cómo se ha atrevido a tanto? —golpeo con fuerza la isla de la cocina.

—Por favor cálmate, todo ha pasado. No queremos arruinar la reunión familiar. Leandro solo ha hecho su confesión, y solo ha sido eso una confesión. Le he sido honesta y le he dejado en claro que yo te amo.

—No tienes que explicarlo Chiara, se lo que sientes. Es solo que mi relación con él no ha sido la mejor y yo...—se rasco la nuca—. Yo no confío en mi hermano. ¿Has escuchado lo que dijo? ¿Que debería esperar de aquello?

—Suponer cosas no nos llevará a ningún lado —lo tomé de los brazos—. No puedes ir por la vida si perdonar los errores de otros. Leandro te dijo la verdad, y esa mujer mintió por conveniencia.

—¿Y si Carina dijo la verdad?

Rodé los ojos.

—¿En verdad Alessandro? ¿Vas a creer en esa mujer después de todo lo que ha pasado?

—Ya no sé qué pensar —bufo.

—Chiara cariño, el señor Vittorio desea ir a dormir —la voz de mi madre nos interrumpió en aquel momento, dejamos nuestra conversación a un lado—. Lo siento, ¿he interrumpido algo? —preguntó.

Negué.

—Me encargaré del abuelo —le contesté y me regrese al jardín para ayudarlo a llevar a una de las habitaciones.

Alessandro se encargó de ordenar todo para él y cuando finalmente su padre se quedó dormido y mi madre se marchó de la casa, se reunió conmigo en la cocina.

—Chira lamento mucho lo que sucedió hoy con Leandro, yo...

—En verdad me ha sorprendido tu reacción —respondí mientras acomodaba los platos en la alacena—. El Alessandro que he conocido se hubiera ido a los golpes con él —me burle del asunto.

Él suspiro.

—No quería alterarte —dijo serio.

—No había razón para pelearte con Leandro, yo le dije que era malo guardarse lo que nos quitaba el sueño y nos hacía daño y él confeso lo que sentía, confesar lo que sentimos no es malo Aless. Tu hermano fue honesto, así como yo lo fui con él.

—Lo sé Chiara, lo sé y es que... —me tomó de las manos—. Es que no puedo hacerme la idea de que alguien más sienta algo por ti y quiera quedarse con mi familia.

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