Capitulo 16

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ADVERTENCIA: El siguiente capitulo contiene escenas +18.

El capitulo es uno de lo mas largos que he hecho, espero lo disfruten, no olviden dejar al final sus votos y comentarios, disfruten de la lectura. ¡Ya hemos llegado a las 20 mil lecturas!

Sentí las manos de Alessandro trazando caricias por mi cuerpo, las yemas de sus dedos subir por mis muslos. Lo besé en los labios para demostrarle que al igual que él mi cuerpo lo deseaba.

—Eres demasiado cálida Chiara —susurró mientras seguía subiendo.

Él se detuvo en mi cintura, me miró fijamente a los ojos y asentí. No necesitaba preguntarlo, no necesitábamos decir nada. Sabía lo que vendría después de aquello, y por primea vez deje que mi corazón fuera más fuerte que el mismo miedo.

Alesandro jugueteo con la tela de mi ropa inferior, sentí como después de aquello la deslizaba para bajarla por completo al igual que mi falda, me apoye en su cuello y deje que hiciera lo que fuera conmigo. Sus dedos pronto pasaron por mi piel, la rozaron levemente, acariciando cada parte y luego sus dedos fueron más allá, al sitio en el que empezaba a sentir mi humedad.

Deje escapar un jadeo cuando se desplazó por dentro con uno de sus dedos.

—Nunca sentí tanta necesidad por estar con una mujer como contigo.

Apreté los muslos cuando lo sentí deslizarse hasta el fondo. Mi cuerpo por inercia sintió la necesidad de tocarlo también. Mis manos fueron en dirección a su camisa y desabotonaron cada uno de las botones de esta.

—Si no estás segura nos detenemos aquí, no tienes porque... —dijo cuando vio la mirada nerviosa en mi rostro.

Tire a un lado su camisa elegante de color blanco y empecé a sacarme la blusa por encima dejando mis pechos desnudos a su vista.

Los ojos de Alessandro se abrieron de par en par.

—Continua con lo que estás haciendo —lo besé por su pecho, recorrí con mi boca cada espacio y mi cuerpo se tensó al sentir sus dedos empujar más al fondo.

Los sentí empujarme a un abismo del que me costaría salir después.

—¿Puedes sentirlo Chiara? —me pegó haciendo que sintiera su ya marcada erección—. Puedes sentir como mi cuerpo pide estar dentro de ti. Quiero saciarme de ti, sentir como tu cuerpo se envuelve en el mío.

Aquello había sido lo más caliente y fogoso que en mi vida había escuchado.

El deseo se apoderó de nuestros cuerpos, de nuestras manos, Alessandro abandonó mi centro para cargarme hasta su habitación, mis piernas no abandonaron su cintura. No conté con exactitud cuánto nos tomó llegar a su enorme habitación, pero lo hicimos casi enseguida, atravesamos la puerta. El aroma de su colonia se mezclaba por todos lados, su aroma era delicioso, inconfundible.

Jamás podría olvidar el olor de Alessandro, era único.

Masculino y dominante.

Alessandro me apoyo en la cama, me tumbo sobre las sabanas y se subió encima de mi cuerpo sin aprisionarme por completo con su peso que ahora controlaba con sus brazos a ambos lados de mi cabeza.

Sus labios besaron mi cuello, chuparon de este. No me moví, solo deseaba que continuara con lo que había empezado en la sala. Su boca pronto bajo por todo el quiebre de mis pechos, para apoderarse de uno de ellos y chuparlo.

Saboree mis labios, me encantaba, no lo negaba.

¿Cómo había podido soportar todo ese tiempo con las hormonas viajando por mi cuerpo? Estaba loca.

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