Capitulo 26

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Alessandro se removió a mi lado desesperadamente, parecía tener una pesadilla.

—Aless —acerque mis manos para despertarlo.

—¡Chiara! —exclamó levantándose de golpe de la cama, las gotas de sudor bajaban por todo su cuerpo y enseguida me busco con su mirada.

—Aquí estoy —le respondí.

Él me abrazo después de eso, hundió su cabeza en mi hombro y me beso en la mejilla.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —le pregunté.

Él se quedó en silencio un par de segundos, me abrazó con más fuerza y me acarició el cabello con sus manos

—Estoy bien —me tomó del rostro y sonrió—. Ha sido un mal sueño, es todo.

Me acomodé en su pecho mientras regresábamos a las sabanas.

—No parecías verte muy bien con esa pesadilla, ¿seguro que estas bien? ¿Quieres hablar de tu sueño?

Él negó.

—Son solo tonterías.

Una vez más se callaba algo que le preocupaba, me dolía que Alessandro no tuviera la suficiente confianza en mí para hablar de todos sus miedos, no quería que sufriera o se atormentara más con aquello. Él necesitaba ayuda.

—Los miedos no son tonterías. Puedo ayudarte escuchándote.

Él me beso en los labios y me pego más a su cuerpo.

—Con solo tenerte aquí me siento mejor —respondió.

—¿A dónde más iría? —le susurré moviendo mi nariz pegada a la suya—. ¿Quieres darme ideas de nombres para el bebé?

Dije aquello para distraerlo de lo que había sucedido, sabia el sueño que había tenido Alessandro tenía relación conmigo, de lo contrario no estaría tan asustado, la angustia lo estaba consumiendo por dentro, por más que quisiera hacerse el fuerte y disimularlo conmigo.

—¿Nombres? No se me ocurre ninguno ahora.

—He pensado en que tenga uno parecido al tuyo, tanto como el de tu hermano como el tuyo se parecen.

—¿Y si mejor lleva uno que se parezca al tuyo?

—El mío no combina con ninguno —hice un puchero—. Ni siquiera combina con el tuyo.

—Tal vez debamos elegir uno que tenga un significado especial, tan especial como lo eres para mí.

—El significado de mi nombre es luz, mi madre dijo que el día en que nací hubo un hermoso atardecer, así que quiso darme un nombre bonito que le recordase aquel día especial, me dijo que era la luz de su vida y por eso me nombró de esa manera.

—Y no se equivocó, porque a donde vayas irradias luz.

—Hubiera sido sencillo si teníamos una niña, la llamaría Sole, había escogido ese nombre si teníamos una hija. Sería como nuestro hermoso sol.

—Bueno los planes han cambiado —acarició mi vientre—. Cariño, no encuentro tu afán para encontrar nombres para el bebé, aún tenemos tiempo para escogerlo.

—Tienes razón, hay bastante tiempo, pero me gustaría tenerlo antes de su nacimiento. Así lo podremos inscribir en el relicario que hemos comprado para él.

Alessandro me regreso una sonrisa después de eso, y nos quedamos abrazados todo el resto de la noche hasta quedarnos dormidos.

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