Capitulo 36

9.8K 801 96
                                    

Escuché los leves quejidos de Alessio a mi lado, me moví entre las sábanas para tomarlo en mis brazos y calmarlo antes de que comenzase a llorar y despertase a Alessandro quien estaba durmiendo, había pasado toda la noche tratando de que se quedara en la cuna pero no había funcionado.

—Shh... —lo arrullé en mis brazos y me levanté de la cama con él para salir de la habitación—. Vas a despertar a papá mini Aless.

Caminé con Alessio en mis brazos hasta bajar al primer piso de la casa, él parecía bastante inquieto y sin una pizca de sueño.

—Parece ser que tuviste una pesadilla mi amor, no importa todos las tenemos —lo besé en la frente mientras me sentaba en una de la sillas con vista en el jardín—. ¿Sabes? La vida puede a veces verse fea, nos siempre seremos felices y puede que algunas de nuestras pesadillas se conviertan en realidad, pero no significa que todo se acabe, necesitamos aprender de los errores para poder seguir adelante, nuestra felicidad depende de nosotros mismos, solo de nosotros y nadie más.

Alessio se aferró a mis pechos mientras se alimentaba y empezaba a dormirse.

—Creo que los intentos de tu padre de que duermas en tu cuna han sido inútiles, deja que te de una charla de sus batidos verdes con sabor a apio.

Dibuje una mueca de asco y él pareció reírse con aquello.

—Oh si, los odias igual que yo —uní mi frente a la suya y lo besé—. Pronto estaremos en una linda casa para los tres, nuestro nuevo hogar.

—¿Chiara, Alesisio? —escuché una voz a mis espaldas.

Giré mi vista hacia el marco de la puerta y encontré a Alessandro descalzo parado allí mirando a todos lados.

—¿Se le ha perdido algo señor Marchetti? —pregunté burlándome de él.

—Estás aquí —suspiro aliviado acercándose a donde estábamos.

—¿A dónde más iría? Nuestro hijo ha tenido una pesadilla, pero creo que solo tenía hambre —fijé mi vista en Alessio que ya estaba durmiendo.

—En este instante desearía ser un bebé, nunca se satisface —dijo con su vista fija en mis pechos.

—Eres un pervertido Alessandro —me queje en respuesta.

—Tus senos lucen enormes, voy a comprar más vestidos con escote —dijo burlándose.

—Ahora entiendo porque todo mi guardarropa tiene vestidos nuevos con ese diseño.

Alessandro se sentó justo a mi lado para abrazarnos.

—Pronto nos mudaremos a nuestro nuevo hogar y dejaremos todo lo que algunas vez nos hizo daño aquí en Roma atrás.

—Siempre creí que no merecía ser feliz por llegar a tu vida de la forma en la que lo hice —suspiré—.Construimos muchas cosas en esta casa, vivimos muchas cosas juntos aquí, pero a pesar de eso, nunca la sentí como un verdadero hogar.

—Tampoco la sentí como nuestro hogar. Siempre creí que merecías más que una casa con recuerdos de mí pasado en medio de los dos. Quería darte una nueva vida Chiara, y sabía que Florencia te iba a encantar, está llena de pinturas, y arte. Es el hogar perfecto para nosotros.

Me apoye en el hombro de Alessandro mientras sonreía

—Gracias Aless —susurré.

—¿Gracias?

—Por darme lo mejor de ambos, gracias por darme a Alessio y la fuerza para seguir juntos.

Él me regreso una sonrisa.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora