Capitulo 32

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Dos meses habían transcurrido desde aquello, el abuelo Vittorio aún estaba recuperándose de su crisis, pero lo visitábamos con frecuencia para que no se sintiera solo de nuevo, en cuanto al tema de Carina y su relación con aquella enfermera aún seguía, Alessandro había descubierto que esa mujer había planeado todo aquello de los fármacos porque algunas personal de la clínica las habían visto juntas.

No podíamos actuar aun sin saber dónde se encontraba oculta aquella enfermera, y sin ninguna prueba en nuestras manos Carina seguiría libre, debíamos obtener una confesión de su parte para poder enviarla a prisión.

Alessandro ahora tenía otras preocupaciones en su cabeza, sabía que no las decía porque prefería ocultarlas de mi para no asustarme, sin embargo sabía que mi condición era la misma, a pesar del tratamiento que estaba siguiendo el medico había mencionado que aun había altos riesgos al dar a luz por mis problemas de presión.

Me preparé para lo que fuera en aquellos meses, preparé a mis seres queridos para aceptar lo que me sucediera, pero había alguien que se negaba y era Alessandro. Él no lo decía con palabras, pero lo demostraba con sus acciones.

No quería que se sintiera solo después de irme, pero no había forma de reemplazar lo que no puedes reemplazar.

—Chiara, ¿has hablado con Alessandro de lo que piensas de todo esto? —me preguntó la doctora Marcella—. ¿Has intentado hablar de lo que puede ocurrirte?

Negué.

—Alessandro se vuelve muy tenso con el tema, no quiero que se sienta mal por mi insistencia.

—Hablar de nuestros temores puede ayudar a liberarnos.

—Se lo he dicho, pero él se niega a venir. Creo que le cuesta aceptar algunas cosas en su vida, puede ser muy reservado y serio cuando se lo propone.

—Dime, ¿tienes algún miedo que quieras confesarme? Algo que no le hayas dicho ni al mismo Alessandro?

Me quedé en silencio un par de segundos y me llene de valor para confesarlo.

—Si lo hay. Tengo miedo de que Alessandro haga a un lado al bebé cuando nazca, tengo miedo de que lo odie. De que se olvide por completo de Alessio. ¿Cómo podré decirle que lo está haciendo mal si no estoy con él?

Me limpié las lágrimas.

—Lo que más deseo es que Alessio sea amado, tan amado como yo lo amo.

—Las personas no reaccionamos muy bien frente a la pérdida de un ser querido, estoy segura que tu esposo solo tiene miedo de que te vayas y lo dejes solo sin él antes hacer las paces consigo mismo. En el fondo Alessandro no se ha perdonado por el daño que pudo hacerte en el pasado. Tiene miedo a fallar como padre, y es compresible. No nacemos con un manual para ello.

—Tengo miedo a no estar en la vida de Alessio, yo no quiero irme —me aferré a mis piernas dejando escapar mis lágrimas—. No quiero perderme su vida, quiero ser su madre. Quiero serlo con todas las fuerzas del mundo —admití en medio del dolor el mayor de mis miedos—. Me asusta morir.

—Chiara tranquila —me susurró tomando mi mano—. Estoy segura de que podrás estar cerca de él y tu hijo, no te angusties por eso.

—Ya me he hecho la idea de que puede suceder —me encogí de hombros resignada—. Así que he decidido que si estos son los últimos meses, días o instantes los disfrutaré siendo feliz al lado de quienes más amo.

La doctora Marcella después de ello me dio algunas indicaciones para incluir en mi terapia, incluso me pidió que le dijera Alessandro que estaba dispuesta a escucharlo, pero no sabía si él aceptaría hacerlo.

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