Chiara parece tenerlo todo en su vida, está cursando su último año en la universidad, tiene al novio soñado y a unos padres encantadores. Pero cuando su novio decide terminar la relación sin darle ninguna razón Chiara recurre desesperada a sus amiga...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ADVERTENCIA: EL SIGUIENTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS+18
Es un capitulo un poco largo, así que disfrútenlo, no se olviden de votar y dejar sus comentarios aquí abajo
Desperté mientras recorríamos la carretera que conducía a Florencia. Alessandro y yo habíamos partido aquella mañana para poder disfrutar de nuestra luna de miel en la ciudad. Estábamos a una media hora de llegar al hotel en el que pasaríamos toda una semana. Estaba demasiado emocionada por el viaje ya que sería la primera vez que saldría de Roma y además disfrutaríamos en familia.
—Parece que has dormido cómoda —dijo Alessandro.
—Duermo mucho desde hace meses —le respondí mientras arrojaba un bostezo y me apoyaba en su hombro—. El paisaje es hermoso.
—Y te gustará aún más lo que te quiero mostrar —me rodeo la cintura con los brazos—. Va a gustarte mucho mi sorpresa.
—¿Sorpresa? —enarque una ceja—. ¿De que sorpresa se trata?
—Lo sabrás en cuanto lleguemos, no seas impaciente.
Alessandro parecía ilusionado al decirme aquello, y tenía mis sospechas de que se trataba de algo relacionado al iniciar nuestra familia.
El chofer condujo por la carretera hasta que se desvió por un camino y subió por una pequeña pendiente en la que una casa se levantaba.
—Este no es el hotel que me mostraste en fotografías —le dije a Alessandro cuando el auto estacionó. en las rejas de aquella casa.
—No, no es el hotel, es nuestra nueva casa y donde pasaremos nuestra luna de miel —contestó con una enorme sonrisa.
—¿Nuestra casa?
—Así es, pensé en que sería una buena idea iniciar nuestra vida en otra ciudad, solo si tú lo quieres, o si lo prefieres podemos quizás dejarla como casa de verano, ¿qué dices?
—¿Qué hay de tu trabajo?
—Puedo trabajar desde aquí —se encogió de hombros—. Tenemos una sede bastante amplia aquí.
Apreté mis labios y lo pensé por unos instantes, Florencia estaba a unas horas de roma y era una ciudad que no conocía, estaría lejos de mi familia, de mamá, del abuelo Vittorio, de mi antigua vida allí. Pero este quizás sería el inicio de una nueva vida al lado de Alessandro y el bebé.
Estaba confundida.
—¿Qué dices? —pregunto él.
—Esto no lo esperaba.
—¿Quieres verla por dentro? —meneó las llaves en sus manos.
Le dediqué una sonrisa y tomé aquellas llaves en mis manos para conocerla por entro, Alessandro me acompañó para abrir la puerta. La casa era más que preciosa, tenía un amplio jardín llenos de flores y árboles, un hermoso invernadero no muy lejos de allí, el interior era de un diseño bastante rustico con paredes en color crema y cuadros de pinturas, una cocina amplia y una sala enorme que simulaba incluso un salón de aquellos en los que se celebraban las fiestas, las habitaciones contaban con una amplio espacio y un baño bastante bonito y cómodo.
