Capitulo 20

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La sala se había transformado en un ring de boxeo entre los dos hermanos. A pesar de que les había pedido detenerse no dejaban de romper cosas a su paso.

—Alessandro basta ya, ¡deténganse en este instante ambos! —grito el señor Vittorio.

—Tu hijo preferido prefirió verse con su ex mujer y por eso no asistió a la cena organizada por Chiara —soltó Leandro.

La furia se desató en el padre de ambos, tomó a Alessandro de uno de sus brazos para separarlo de Leandro y golpearlo en el rostro.

—¡¿Cómo has podido hacerlo Alessandro?! — exclamo furioso—. Tienes a tu esposa embrazada en casa y prefieres ir a verte con otra mujer, en que estas pensando, ¿eh? ¿Cómo has podido ser tan desgraciado? —lo dijo con furia—. ¡Eres una vergüenza...!

Luego de eso se tambaleo para caer a un costado llevándose la mano al pecho, corrí hasta el abuelo evitando que se golpeara.

—Señor Vittorio cálmese por favor, Leandro, trae agua por dio —lo ayude junto a Alessandro a llevarlo al sofá.

—Estoy bien querida.

—Por favor no se altere, todo va a estar bien.

—Papá cálmate —le pidió Alessandro y él lo miro con furia.

—Tú eres un desvergonzado —se quejó—. Quizás Leandro tenga la razón, no mereces a Chiara.

—Por favor no peleen más, basta, es suficiente —cerré mis ojos intentando aguantar las lágrimas.

Ahora las palabras de Leandro habían hecho un gran eco en mi cabeza, no sabía en quien confiar, no sabía si creer en Alessandro, él estaba con Carina aquella era un realidad, y no encontraba razones para que pudiera dejarme plantada.

—Aquí tienes Chiara, ¿tu estas bien? —preguntó Leandro.

—¿Qué te importa a ti? te dije que te vayas de mi casa —alego Alessandro.

Lo miré furiosa.

—Basta Alessandro, si sigues con eso la que se irá de la casa seré yo.

Su rostro cambió y me miró incrédulo.

—Chiara... —intento tocarme pero no lo deje.

Lo siguientes minutos se resumieron en calmar los nervios del señor Vittorio y evitar que sufriera un ataque al corazón, aunque ahora quizás la que tuviera un ataque en ese momento sería yo por todo el caos desatado en la casa.

Leandro se marchó finalmente junto al señor Vittorio, Alessandro y yo volvimos a quedar solos en la casa.

—Chiara lo que dijo Leandro...

—Quiero que me digas en este instante que estabas haciendo con esa mujer Alessandro —pedí una explicación a su ausencia.

—Carina fue a las empresas, hablamos un poco, le pedí que dejara de crear rumores sobre ti, le advertí que no quería verla cerca de ti.

—¿Hablar con ella incluía el olor su perfume en tu ropa? —pregunte.

—Chiara, no es lo que piensas...

—¿No es lo que pienso? Quizás creas que soy una ingenua y tonta chica, pero no lo suficiente para saber cuándo una mujer ha estado con un hombre, hueles a ella —apreté mis labios—. Fui una tonta, quise arreglar las cosas en tu familia, pensé que sería bonito reunirlos por primera vez después de mucho tiempo, y tú la preferiste a ella Alessandro. ¡Preferiste quedarte con la mujer que me ha hecho la vida miserable desde que llegue a tu vida!

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