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Dela había crecido siguiendo a sus hermanos por todas partes, observándoles entrenar y viéndoles tomar sus clases, su padre jamás se lo había impedido, incluso le causaba diversión ver a su pequeña vástago intentando imitar a sus hermanos, cogiendo espadas más pesadas que ella e intentando leer libros que no entendía.

Delanay había crecido curiosa e incansable, algo problemática con tantas prisas causándole algún quebradero de cabeza a su hermano Lance, con el que se llevaba ocho años. Solían describirla como un terremoto que descolocaba todo a su paso, con ansias de más, con ganas de aprender, enfrascándose en libros de los que luego tendría que preguntar, cuestionando hasta la cosa más tonta que podía rondar su cabeza. Sus hermanos decían que tenía doble cara, ya que corría hacia su madre para enseñarle los buenos modales de señorita que tenía, mientras que con ellos agarraba la primera espada que alcanzaba para balancearla sin mucha idea.

Con toda esa energía acumulada había logrado superar casi diez inviernos, por mucho que los maestres hubieran opinado que no llegaría al segundo. Fue un gran festejo en su casa cuando la pequeña había pasado los 5 años con éxito, cuando empezó a corretear por cada lugar y a llenar todo de alegría.

Corría descalza por las alfombras que tapaban la piedra, con libros bajo sus brazos y su vestido rosado ondeándose con el viento, se apartaba los mechones negros de la cara con prisa y los jadeos salían de sus labios como pequeños murmullos. La noche había hecho mella en el fuerte y la joven, que debería estar a punto de cerrar su libro y dormirse, se encontraba recorriendo los pasillos, alumbrados por pequeños focos de luz, en busca de respuestas.

–No vas a comprometer a mi niña con un monstruo, Rohan.

Su pequeña mano se quedó en el aire, cerca del pomo del despacho de su padre, el tono ahogado de su madre le había hecho frenar de golpe, con la pregunta apunto de salir de los labios.

Delanay era curiosa y esa curiosidad le llevaba a escuchar a escondidas.

–Cálmate. –La voz gruesa de su padre se coló por la rendija bajo la puerta. –Es solo un jodido crío, Gael. Este compromiso es por el bien de la familia.

–¿De qué familia Rohan? –Respondió. –Quieres casar a mi pequeña con un tuerto, ese niño no va a crecer bien, Rohan.

Se pegó más a la puerta, sentándose junto a esta y apoyando la oreja en la madera.

–Tu misma lo has dicho, es un niño, no sabemos qué va a pasar. Dela se va a comprometer con él y no se hablará más. –Se escuchó un golpe seco de algo metálico. –Vendrá conmigo cuando vaya a Desembarco.

–¿Vas a enviarla con ellos? Con gente que se hace llamar familia y se hablan a las espaldas, donde los niños se sacan ojos por un maldito insulto.

–No creo que fuera más que un desafortunado accidente

Fueron unos segundos de silencio en los que la niña no supo si había terminado la conversación, tal falta de ruido que hacía parecer que no había nadie dentro.

–¿Vas a decir lo mismo cuando a tu hija le pase algo? –Se escucharon un par de pasos muy débiles. –¿Vas a traérmela y decir que ha sido un desafortunado accidente?

–No voy a hablar más de esto, ya he tomado la decisión y se va a quedar así

Dela se levantó del suelo en cuanto escuchó los pasos de su padre y dio un par de vueltas sobre sí misma, buscando un lugar donde esconderse, hasta que la puerta se abrió dejándola frente a su padre, quien le acaricio la cabeza con suavidad antes de darla la espalda, dejándola allí, mirando, con el llanto de su madre de fondo.

Delanay  ━━ Aemond Targaryen. ━━Donde viven las historias. Descúbrelo ahora