Delanay ━━ Aemond Targaryen. ━━

𝟬𝟴

Camino por los suelos de piedra llenos de gravilla junto a su guardia, con un libro entre sus manos y el paso algo rápido.

El entrenamiento de los caballeros hoy había comenzado algo más tarde, la llegada de la princesa Rhaenyra y su familia había hecho que cambiaran los turnos de guardia varias veces para el día de su llegada, el mismo día se había convocado una reunión por la mañana para volver a cambiarlas, Catriel se había librado pero el entrenamiento siguió en vigor.

Y Dela se distrajo con la hora.

Tener a todo el mundo de arriba para abajo con la vuelta de la heredera había logrado agobiarla, superar su paciencia y hacer que se escondiera casi en las afueras del castillo bajo la mirada de Lucas, quien admitió haber descuidado sus obligaciones en ese momento relajándose de más y ello había conllevado a que no fueran con tanto tiempo como el que esperaban, que no tuvieran esos cinco minutos de cortesía que solían tener para mirar el entrenamiento.

La joven sonrió a su acompañante cuando se apoyaron en el murito cerca de la arena de entrenamiento, cogiendo aire y acomodándose mientras él le daba una pequeña sonrisa. Aunque la arena estaba algo revuelta y aun había un corrillo observando como Aemond se batía con Sir Criston, una señal para que Dela prestara atención a aquello.

Debía admitir que Aemond no era su persona favorita, pero últimamente le fascinaba. Le daba curiosidad su comportamiento, incluso se había percatado de que, por muy malhumorado que pareciera, cerca de ella solía bajar el nivel de enfado aunque pareciera lo contrario. Se había fijado en que, allí donde se encontraran, mientras ella no le prestara demasiada atención el no quitaba la mirada, que podría tirarse minutos mirándola en completo silencio y luego lo negaría.

También se había dado cuenta que cuando le veía no hacía más que rememorar el final de la discusión en su habitación, de cómo la había llamado y la proximidad de sus cuerpos, se encontró apreciando detalles que en ese momento no hizo, detalles que la ponían aún más nerviosa con la proximidad del joven.

–Los príncipes. –Mascullo Lucas sin quitarle la mirada de encima a unos chicos.

–¿Quiénes? –Dela se apoyó más sobre el muro, levantándose un poco para seguir la vista de su guardia. –Lucas ¿Quiénes?

El joven se pegó algo más a la chica y señaló, intentando ser discreto, a dos jóvenes de pelo castaño que vagaban por el campo de entrenamiento, fascinados, con actitud divertida y curioseando las armas antes de unirse al corrillo de gente alrededor de Aemond.

Jacaerys y Lucerys, Dela sabía bien los nombres y lograba distinguirlos por saber quién era el mayor. Los rumores parecían ciertos y bastante acertados, los rasgos Targaryen eran mínimos en ellos, resultaba difícil cuadrar que su padre era Laenor Velaryon, no eran como Delanay y sus hermanos los cuales mostraban un parecido a su padre, cualquiera decía que Leanor solo fue un conocido de los chicos y no su padre

Dela se metió el libro debajo del brazo antes de agarrarse la tela de la falda, a paso rápido bajando las escaleras con su guardia detrás.

–Lady Delanay, espere. –Lucas le seguía el paso. –Es peligroso bajar a la arena.

Delanay se sacó el libro de debajo del brazo para estampárselo a Lucas contra la armadura y que este lo cogiera, le cortaba un poco el movimiento y el buen agarre de la tela para caminar.

–Dios, cállate por favor. –Se mordió el labio mientras bajaba las escaleras.

Aegon la había dejado claro quien le había arrebatado el ojo a Aemond, entre algunas bromas, aclarando que el afectado seguía sintiendo resquemor por aquel momento, algo que era completamente normal. No había sido un trágico incidente, como dijo su padre, fue una pelea en toda regla, por mucho que fueran niños Delanay sabía que se habían llevado armas a esa pelea, que se habían soltado insultos hacia todos allí y que se había actuado de forma odiosa para hacer daño. Sabía que Aemond nunca había superado aquella noche, Aegon y Helaena se lo dijeron intentando restarle importancia.