𝟬𝟳

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Delanay se había propuesto intentar llegar a una tregua con el príncipe Aemond, todo ante la idea de estar allí apoyándolo cuando la princesa Rhaenyra y sus hijos hicieran acto de presencia en el castillo. Si a ella le siguen espantando los dragones de vez en cuando tenia claro que al príncipe le seguirá pasando lo mismo, por eso una tregua le pareció el mejor plan que su cabeza pudo pensar en tan poco tiempo ya que la Rhaenyra solo tardaría tan solo un par de días en presentarse en Desembarco.

Se encontraba en las cocinas, a escondidas de Alia, metiendo la mano en la mezcla sobrante para unas galletas, amasando con fuerza antes de tirarla sobre la mesa enharinada y extendiéndola con el rodillo. La cocinera jefe la miraba con atención mientras estaba sentada al lado de donde se estaban cociendo las galletas ya terminadas, mirando con atención a la joven dama noble, quien tenía toda su concentración en la tarea que hacía.

–Mi señora, si sigue aplanando la masa quedarán demasiado finas para los jóvenes príncipes.

Dela alzó la mirada, con todo el delantal lleno de harina y algo de huevo.

–¿No deberían ser finas? Apenas tienen más de medio año.

–Estoy segura de que si son demasiado finas se partirán al cocinarlas, a parte de que no se si los bebés podrán comerlas, lo mismo será la princesa Helaena quien acabe con ellas.

La joven morena se echó hacia atrás mirando la masa, dejando el rodillo a un lado con el ceño algo fruncido, asintió decidida y cogió unos cortadores redondos para empezar a separar una y otra galleta, dejándolas a un lado en una bandeja para ponerlas cuando las otras hubieran salido.

Fueron un par de minutos en los que cortó cada galleta con sumo cuidado ante la mirada de algunas personas de la cocina, algún sirviente curioso y Sir Lucas, quien estaba vigilando a la joven Dela por orden de su hermano. Apenas terminó su cometido cuando la cocinera sacó las galletas hechas y las dejó a un lado, cogiendo la bandeja nueva y mirando a la joven nerviosa que observaba las galletas humeantes.

–Deberá esperar unos minutos a que se enfríen. –La mujer le dejó un par de papeles decorados y una cinta que había traído la joven –Luego podrá envolverlas.

–¿Creen que saben bien? He seguido todo lo que me ha dicho. –Frunció el ceño mirando el humo de los dulces. –¿Y si he hecho algo mal?

La cocinera negó mientras que algún ayudante soltaba una pequeña risa.

Dela se había presentado en la cocina por la mañana como si su vida dependiera de ello, pidiendo y suplicando ayuda a la cocinera jefe, declarando que deseaba hacerle galletas a los miembros de la familia real para agradecerles su hospitalidad y admitiendo que era para los niños y uno de los príncipes. Fue un rato lo que estuvo suplicando, rato que Sir Lucas miró con diversión al igual que algunos sirvientes y ayudantes, nadie imaginaba a una noble dama pidiendo cocinar ella misma unos dulces.

Pero gracias a eso Delanay descubrió que la cocina era más divertida de lo que pensaba, aunque la repostería tuviera que ir muy calculada, era divertido mancharse con harina y probar las cosas antes que nadie.

Por eso se alegró de tener las galletas en sus manos, envueltas en un papel que le había pedido a su hermano que comprara tiempo atrás, creía que lo usaría para envolver algún regalo para Alia o incluso para Lucas, quien era el único guardia que aguantaba tanto con ella, pero no se esperaba que fuera para envolverle unas galletas a Aemond.

Recorrió el castillo con paso firme y decidido, bastante feliz por el olor de las galletas, por la aprobación de la cocinera y la mirada orgullosa de su guardia. Estaba decidida a no apartar la mirada ni dudar de sus palabras, a expresar todo lo que quería y ser capaz de mirar a Aemond a los ojos e, incluso, dedicarle una sonrisa genuina.

Delanay  ━━ Aemond Targaryen. ━━Kde žijí příběhy. Začni objevovat