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Intentó sujetarse el pelo para que no se le metiera en la cara con el fuerte viento, la capa ondeaba y el vestido estaba pegado contra sus espinillas sacudido por el aire. Se le escapó una pequeña sonrisa mientras escuchaba el suspiro de agonía del señor del norte detrás de ella. Si daba un par de pasos hacia atrás chocaría con su pecho, lo podía notar detrás de ella estirando un poco el brazo para agarrarla y salir de allí cuanto antes, de montarla en el caballo y volver a la fortaleza seguidos por el lobo huargo quien estaba sentado cerrando los ojos por la molestia.

Caníbal había pasado por encima de ellos a poca distancia, la justa para que la punta de su cola no les azotara pero el fuerte viento de sus alas les molestase bastante.

Le habían soltado por petición de la chica, no tenía claro si el dragón la acabaría buscando en Invernalia o asumirá que habría vuelto a la capital, optaba más por la primera opción así que en su carta había puesto que avisaran a su padre si veían que el dragón tomaba un rumbo diferente a donde estaba ella, pero ahí estaba esa aterradora bestia volando sobre su cabeza, dándole aquel sentimiento de seguridad que había tenido desde aquel día en la cueva húmeda.

Sobrevoló sus cabezas un par de veces más antes de decidir aterrizar a un par de metros de ellos, mirando el lugar extrañado e intentando localizarse. Demo fue el primero que salió corriendo al encuentro de la gran bestia ladrando a su alrededor juguetonamente mientras corría de un lado a otro.

–Ya no estoy tan seguro de mi decisión.

–Está bien, asusta más de lo que es.

La mano de Cregan atrapó el brazo de la chica sin apartar la mirada del dragón, ella se mordió el labio reprimiendo una risa.

La cara del chico estaba seria, pero llevaba un mes en el norte como para darse cuenta de que le temblaba levemente una ceja cuando se forzaba a estar serio.

Apoyó su mano en la de él sintiendo como la fuerza del agarre se iba, como se tomaba unos segundos para observarla antes de soltarla y ver como ella daba un par de pasos hacia atrás para ir con Caníbal sin dejar de mirarle unos segundos, antes de girarse y acelerar las pisadas cada vez más hasta que su cuerpo impactó contra el hocico de la bestia.

Caníbal respiro con fuerza ante el toque, soltando un pequeño gruñido que Dela había descubierto que se trataba de un ronroneo, quizás algo agresivo pero era una señal de alegría y comodidad. Se forzó a permanecer de pie cuando el dragón dio unos breves empujones contra ella para rozarse buscando contacto, ambos notaban las miradas en ellos, tanto de Cregan como de los guardias que les habían acompañado.

–¡No podemos meterlo en Invernalia! –Cregan seguía parado en el sitio mirando asombrado la situación.

–Esta bien, puede volar libre, no se irá muy lejos y cazara la mayoría de su comida.

Con el pasar de los minutos Cregan relajó la postura, ya no tenía los hombros tensos y la mano apunto de coger su espada, se había cruzado de brazos mirando como aquellos dos interactúan.

Era una imagen extraña, parecían dos almas creadas para estar juntas, una sin poder vivir sin la otra, como si se hubieran estado buscando todo aquel tiempo y acaban de encontrarse, dispuestos a tirarse por un acantilado por el otro y sobrevivir a aquello para observar juntos una vez más el cielo nocturno. Dos piezas de un puzle que jamás habrías pensado que debían estar juntos.

Quizás era el vínculo del jinete, era lo único en lo que podía pensar Cregan. Podría haberse preguntado millones de veces como el dragón más aterrador de Poniente estaba comportándose como un cachorro bajo el toque de Delanay, pero sabía que era por ella, porque podía hacer todo aquello que se propusiera, porque lo había hecho de pequeña con cosas insignificantes y todo aquello había ido creciendo hasta ese preciso momento donde estaba asombrado por la presencia de un dragón a manos de su amiga de la infancia.

Delanay  ━━ Aemond Targaryen. ━━Where stories live. Discover now